La genética de la alfalfa argentina está en la primera línea, asegura Juan Lus a TodoAlfalfa y agrega: “no me atrevo a decirte un número preciso de qué porcentaje del mercado formal es alfalfa premium, pero me debe estar arriba del 20%, es genética premium que tiene un potencial de rendimiento abrumador”.
Destacó los datos que se publican en la revista Red de avances en Alfalfa del INTA que recopila información desde el año 1991 en mas de 15 localidades. “Si vos ves las alfalfas premium, ¿cuál es el potencial de rendimiento medido a nivel de ensayo? En Rafaela te vas a encontrar que en la última edición hay cultivares de alfalfa premium de primerísima línea que en los cuatro años de producción están rondando las 100 toneladas de materia seca producida”.
Sin embargo, y pese a esos datos, Lus indica: “yo tengo medido en montones de lugares que con suerte estamos aprovechando entre el 20 y el 30% del potencial genético que tienen las alfalfas de primera línea que tenemos en el mercado hoy en día”.
Por lo que se pregunta “¿cómo puede ser que sistemáticamente año a año se incrementen los rendimientos potenciales y estemos en rendimientos potenciales de casi 100 toneladas de materia seca y en el campo con suerte estamos aprovechando solamente un 20, 25, 30%?”
Y pone en ejemplo. “En condiciones controladas el potencial genético, lo que produce una alfalfa en un año es lo que el productor está obteniendo en los cuatro años o en los tres años de cultivo”.
El especialista indaga ¿cuáles son las fallas? y explica que hay una multiplicidad de factores que afectan la baja del rendimiento. Pero anticipa que “son tres o cuatro los grandes cucos que no estamos viendo o que no le estamos prestando atención y que están haciendo muchísimo ruido”.
1 – PH de los suelos. Asegura Lus que el productor en lo primero que piensa es en el fósforo, que está bien, porque demanda mucho de ello, pero es “astronómicamente absurda la demanda de calcio”
Por lo tanto, apunta que el 60/70 por ciento de la región pampeana tiene problemas de acidificación de suelos graves (PH por debajo de 6). Los rendimientos caen al menos un 50%.
2 – Con PH bajo los nódulos no funcionan. Eso provoca que el nitrógeno (segundo nutriente en importancia para la alfalfa) se morigere. “El 50% del nitrógeno que necesita una alfalfa tiene que provenir de la fijación simbiótica. Y si vos tenes fijación simbiótica cero, ahí tenes otra fuerte limitante a la producción”, indica.
3 – Estabilidad de suelos. Cuando vos tenes un suelo acidificado y con bajos niveles de calcio, los suelos tienen muy poca estabilidad. Si los suelos tienen poca estabilidad, los agregados se compactan. Lo que limita el espacio de acumulación de agua.
“Me he cansado de ver y recorrer lotes que te dicen las alfalfas no tiran. Y cuando vos te pones a mirar, tienen a 4-5 centímetros de profundidad las raíces totalmente ramificadas producto de la compactación”.
Modificar las semillas, ¿hasta cuándo?
Lus sostiene que las semillas continuarán modificándose genéticamente para reordenar el genoma, pero “si cometemos el error de pensar que todo lo podemos resolver solamente con lo que le podamos meter genéticamente a la semilla dentro, me parece que vamos a incurrir en un gran error, porque hoy nosotros estamos con un potencial de rendimiento de 100 toneladas de materia seca en Rafaela, y resulta que estamos cosechando, con mucha suerte, 25.000 kilos, entonces, ¿qué sentido tiene, no digo que esté mal, ¿qué sentido tiene cargarle 4, 5, 6 genes, 7 genes, 20 genes de tolerancia, de resistencia, cargarle un bagaje genético tremendo si lo que vamos a estar es limitándole las cosas básicas, mínimas y elementales que necesita el cultivo?
Recomienda el ingeniero “pensar el cultivo de la alfalfa como un cultivo agrícola”. Y graficó con un ejemplo “hablando con un tambero en la zona de Rafaela, le mencionaba que si está produciendo 15.000 kilos de materia seca, con una pequeña modificación en estas cuestiones, mejoras el contenido del fósforo, reestructuras nuevamente el suelo, en vez de producir 15 toneladas de materia seca, lo duplicas, pasas a 30 toneladas de materia seca, se te baja la mitad el costo del kilo de materia seca, ¿sabés cómo te cambian los números en el tambo? Y te digo que todavía estamos lejos de las 100 toneladas”.
La falta de lluvia y un escenario complejo
Desde la mitad de Santa Fe hacia arriba hay problemas graves con la falta de agua, a ello debemos sumarle los problemas de la “chicharrita”, en algunos sectores el pulgón amarillo que provocó problemas en el sorgo para silaje. “Las alfalfas en el verano han tirado bien, no sé cuánto es lo que se ha transformado verdaderamente de eso en reserva, pero estamos en un invierno con poco silaje”.