Un producto característico del campo chaqueño, en el sudoeste, llegará en poco tiempo más a Qatar, el país de oriente donde se disputó el último Mundial de Fútbol que tantas alegrías significó para el pueblo argentino. Se trata de la primera exportación de alfalfa que hará la empresa Meta Alfalfa SAS (sociedad por acciones simplificada), cuya planta industrial está en Charata, desde donde ya partió la mitad de una carga que se enviará al exterior vía el puerto de Rosario y luego el de Buenos Aires.
Todo comenzó el pasado 15 de diciembre, cuando se cargaron en camiones los fardos que fueron rumbo al Puerto de Rosario, para consolidar allí los primeros cinco contenedores, que hoy ya están en el Puerto de Buenos Aires. Cada container carga 15.000 kilos de alfalfa. Los restantes cinco contenedores serán consolidados a fin de este mes.
Pablo Merlo, uno de los socios de la empresa –el otro es el ingeniero José Repezza- contó a NORTE detalles de esta operación que se conforma con un total de 10 contenedores de alfalfa; y hace un repaso del proceso industrial y de elementos claves para colocar este producto en el mercado internacional.
Tres patas
Son tres las «patas» de este negocio que hicieron posible concretar esta primera exportación al Estado árabe ubicado en el oeste de Asia: los productores de alfalfa, que producen en campos en cercanías de Charata y que son proveedores de Meta Alfalfa; esta industria que procesa y rearma los fardos; y la start up tecnológica con base en España, Grow Farms, que es el nexo entre empresas del sector agropecuario y mercados internacionales.
Si bien el esquema empresarial proyectaba iniciar las exportaciones recién en 2024, los tiempos se fueron acotando: «Nos llamaron del Chaco Paraguayo y de Brasil porque la sequía fue muy fuerte, y comenzaron a demandar pasturas. Hicimos con éxito dos exportaciones a Paraguay en agosto y en el medio empezamos a conversar con nuestro socio estratégico en España, que tiene los clientes en Emiratos Árabes y en el norte de África para cumplir con todos los estándares de calidad», cuenta el empresario.
«Lo que demanda el mercado internacional son 2000 kilos de alfalfa por día. Es decir, un contenedor. Nosotros somos chicos todavía, estamos empezando y enseñándole a trabajar al productor», indica, resaltando que se trata de «un negocio escalable», y que busca la transferencia de tecnología al primer eslabón de la cadena, el productor.
Un giro en la forma de producir
«Nuestro proyecto está enfocado en los pequeños productores. Les mostramos la sustentabilidad del negocio y les compramos todo el año. Todo viene de la mano de la tecnología agregada al campo. Trabajamos con productos biológicos, que no afectan al ambiente ni a la gente», repasa Merlo. Así, explica que la empresa le da a cada productor el paquete tecnológico para producir la alfalfa.
Son esos productos biológicos los que requieren las normas del comercio internacional, y sobre los cuales Merlo marca una diferencia: «Las alfalfas de Santiago del Estero no se pueden exportar porque el mundo no admite la genética resistente (RR) con componentes agrotóxicos».
Con respecto al trabajo con los productores, recuerda además que el desarrollo para que modifiquen su forma de trabajo se inició hace unos tres años de la mano de su socio, el ingeniero Repezza. «Hoy se sigue haciendo un fardo liviano, húmedo, para caballos, cuando lo que hace falta es bajar los costos de logística», subraya.
En esa línea, agrega: «Nosotros asesoramos al productor, cambiamos su forma de trabajo para que entienda por qué debe hacer fardos más secos y, al mismo tiempo, más pesados para que entre mayor cantidad de materia seca dentro del fardo».
A continuación, describe el proceso industrial: la planta en Charata recibe el fardo tradicional de alfalfa, rectangular, de 18 a 20 kilos; ingresa a una máquina -única en el país-, que lo recompacta dejándolo en un 40% del tamaño original. Y luego se empacan dos fardos en una funda. «En el espacio en que había un fardo, salen dos. Ahí es cuando aumenta un 60% la capacidad de transporte y baja un 40% el costo de la logística», detalla.
La logística es el punto clave, porque los fardos industrializados en Meta Alfalfa van por ruta hasta Rosario, donde se consolidan los contenedores que luego irán a Buenos Aires y, por mar, hasta Qatar. Por eso, Merlo resalta la importancia que tendría integrar el tren con la opción fluvial de Barranqueras, hoy descartada por las condiciones de bajante del río Paraná.
«Hoy, un flete a Rosario cuesta 350 mil pesos, y eso pega en el costo porque llevamos 15 mil toneladas, cuando el cereal carga el doble», pone como ejemplo.
Virgen para esta industria
El empresario indica, por otra parte, que la situación de sequía que afecta a la provincia –y a buena parte del país- hizo que muchos productores del sudoeste se vuelquen a hacer alfalfa. «En 2022, por las condiciones climáticas, Chaco fue el único lugar del país donde se cortó alfalfa todo el año. Eso es fundamental. Por eso decimos que esta provincia está virgen para la industria», enfatiza.
Va más allá y, como cierre, reflexiona: «Hoy, el negocio en Argentina cambió. Hay que dejar de pensar en negocios informales y pasar sí o sí a agregar valor para exportar. Entonces, toda la gente que hoy trabaja en el campo sin estabilidad, puede agruparse en cooperativas de trabajo con los beneficios de seguridad social».
Hoy se sigue haciendo un fardo liviano, húmedo, para caballos, cuando lo que hace falta es bajar los costos de logística.
El Mercado Libre del agro
El socio comercial de Meta Alfalfa es Grow Farms, una empresa tecnológica con formato de marketplace que tiene como lema «del campo al mundo». Su misión es desarrollar y potenciar a pequeños y medianos productores hacia nuevos mercados y clientes.
Su foco está en Latinoamérica. Desde Europa, donde están las oficinas centrales, se tracciona en base a la demanda, buscando proveedores latinoamericanos y ubicando sus productos en Europa y Asia. Es una suerte de Mercado Libre del agro, pero con transacciones internacionales.
«En la modalidad de asociativismo con Grow Farms, nosotros vamos con la carga hasta el puerto al costo, sin financiación. Nuestra rentabilidad en Meta Alfalfa es la diferencia entre el costo con el precio de venta en Qatar», explica Pablo Merlo.
Cuando la chispa se encendió y dio origen al negocio
Fue alrededor de 2004 cuando, en medio de la sequía y el contexto mundial traccionado por la crisis en Estados Unidos generada por la burbuja inmobiliaria, la demanda de forraje crecía en el mundo traccionada por países de oriente medio y África del norte. Estos países- resalta Merlo- pueden tener toda la infraestructura y los recursos para armar sus propios tambos y rodeos, pero no tienen la fibra que es la base de la dieta de la lechería. «Argentina es el tercer productor de alfalfa en el mundo», recuerda.
De la mano de ese contexto, que no estuvo exento de altibajos, comenzó a surgir la idea que daría forma al actual negocio de Meta Alfalfa.
La alfalfa se produce, según resalta el empresario, en un «mercado muy informal y muy difícil» ya que los productores tienen formatos productivos arraigados. Por eso el foco es «hacerlos entender que deben ser parte de la cadena de valor».
«Es importante que cada uno sepa cuál es su rol. Nosotros creemos en los negocios corporativos, donde se enseñen nuevas técnicas de trabajo a esos productores, que entiendan que no deben hacer muchas hectáreas sino pocas y bien para que sea intensivo y se puedan bajar los costos», resalta. Y concluye: «El productor debe entender que él tiene la manija del negocio, haciendo bien las prácticas nuevas, aplicando bien los productos y cuidando el lote».
Diferenciarse e innovar, las claves
«Soy un emprendedor serial. Siempre estoy buscando nuevas alternativas, agregando valor e intentando salir de lo que hace todo el mundo», define Merlo, oriundo de Córdoba, donde mantiene algunos desarrollos que se suman al emprendimiento en Charata.
«Culminar hoy cargando es como la frutilla del postre del trabajo de los últimos dos años. Conseguir un socio comercial que entienda que queremos ser un proyecto sustentable también fue difícil. Por eso vamos a crecer junto a Grow Farms, porque ellos pretenden en 2025 salir a la Bolsa en Wall Street», destaca el empresario.
«Los negocios corporativos son escalables cuando la gente entiende que tiene que cambiar. Argentina y el Chaco todos los días tienen esa posibilidad», afirma.
El futuro
Luego de este primer contrato con Grow Farms, al que denomina «de prueba», Merlo confía en seguir profundizando las relaciones con oriente medio (Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita) y el norte de África (Marruecos, Angola, Egipto). «El Mundial de Fútbol fortaleció las relaciones y oriente medio está como más dispuesto a recibirnos a los argentinos», afirma. «Hay una demanda sostenida de forraje, porque ellos siguen produciendo leche», agrega.
Por: Diario Norte (https://www.diarionorte.com/226952-alfalfa-mundial-sale-la-primera-exportacion%C2%A0desde-el-interior-chaqueno-rumbo-a-qatar%C2%A0)