Alfalfa, un año para el olvido y la esperanza hacia el futuro

El ingeniero Agrónomo Horacio Gallarino, Director Técnico y Comercial de Palo Verde, habló largo y tendido con TodoAlfalfa. Producción, convenio con INTA, la tecnología en nuestro país, la semilla de bolsa blanca y mucho más.

El año 2023 que se despide en Argentina presentó muchas complejidades para cada uno de los sectores productivos y laborales de nuestro país. Falta de dólares, inflación, pérdida de poder adquisitivo y un sinnúmero de complicaciones más que hicieron muy difícil el transitarlo.

Desde el 10 de diciembre, con el cambio de gobierno, las esperanzas para algunos sectores se renovaron. Además, Javier Milei fue electo con más del 55% de los votos. Es para celebrar que, democráticamente, podamos elegir a nuestros representantes.

En ese marco, TodoAlfalfa convocó a Horacio Gallarino, ingeniero agrónomo y presidente de Palo Verde SRL, con quien analizamos la actualidad y el futuro.

Un año para el olvido

Gallarino sostuvo: “fue un mal año no solo para la Alfalfa, sino para la Argentina en todo sentido. Realmente un año para el olvido, para que termine pronto, para que no venga nunca más algo como lo que nos ha pasado, realmente”. (Ver Gallarino destacó la designación de Vilella)

Se mostró esperanzado con el cambio de gobierno y manifestó: “lo que uno espera, es que comience un nuevo ciclo para que esto cambie realmente”. Entiende que es necesario reimpulsar la actividad profesional y privada porque fue muy castigada y es la generadora de nuevos trabajos.

El sector alfalfero no fue la excepción y el mal año los afectó, pero reconoce que siempre dentro de la malo se pueden conseguir cosas buenas. “Hay cosas que a lo mejor nos han hecho pensar, repensar mejor, se dice que de cada crisis sale alguna idea potable y yo creo que va a ser así”, apuntó.

Remarcó el CVT con el INTA 

El Ingeniero Agrónomo destacó que, a través de la relación con INTA, se generaron los convenios de vinculación tecnológica que ya vienen renovándose desde el año 2009.

“Permite a la empresa la incorporación de nuevas variedades, orientadas básicamente a que sean tolerantes o resistentes a ciertos aspectos bióticos o abióticos del ambiente”, explicó.

Cabe destacar que este convenio tiene al INTA como creador de las variedades, el “dueño” de la genética. Hace todos los trabajos de mejoramiento y selección, genera la semilla básica de cada variedad una vez inscriptas.

Por su parte, Palo Verde, es el responsable de la parte práctica y comercial. La empresa hace los incrementos de semilla, los cosecha para la producción, y luego se vuelca al mercado y se distribuye.

Ante la falta de dólares, las complicaciones que muchos semilleros tienen es conseguir insumos básicos, lo que afecta el desarrollo de las producciones.

Palo Verde sin embargo, corre con una leve ventaja: su producción es nacional.

“Se produce todo localmente en distintas zonas de producción ” – apuntó Gallarino – “pero nos localizamos estratégicamente, en el valle inferior del río Colorado. Tenemos nuestra planta de procesamiento, el campo de cría y se anexaron nuevos campos para incrementar la semilla básica y asegurar el aislamiento que requieren”.

Además, puntualizó: “En La Pampa y Chaco también tenemos superficie de secano y en Mendoza, en algunos sectores con riego”.

Argentina, en el tope genético

Para Gallarino, un avezado y experimentado en la materia, nuestro país está muy bien posicionado. “Desde el punto de vista de desarrollo, más que nada por la variedad y por los volúmenes, Argentina es la primera a nivel de Latinoamérica y de toda América después de Estados Unidos”, remarcó.

Luego consideró que continúan en el ranking los países árabes, Medio Oriente. “Israel también tiene un grado de desarrollo importante. También Italia, pero son zonas muy pequeñas en cuanto a producción”, aseguró.

Además, entiende Gallarino que nuestro país está visto con buenos ojos porque requieren de la tecnología que acá se desarrolla. “No solamente necesitan el aspecto genético, sino también de máquinas adaptadas para la producción de fardos, megafardos, rollos, de industria nacional, que se están vendiendo en el extranjero”.

La oportunidad de Argentina

Ante la necesidad que tiene el mundo de conseguir alimentos, de obtener alfalfa, rollos, fibras, Gallarino aseguró que la posibilidad de nuestro país “es palpable”.

“El cambio climático que genera profundas sequías hace que la demanda de heno, por ejemplo, a nivel internacional, sea mayor que la que existía hace 10, 15 años atrás.”Analizo, analizó Gallarino.

Además consideró que Argentina está “muy bien posicionada en ese sentido”, tiene la capacidad de poder exportar. Y de hecho lo está haciendo, sobre todo en los países árabes.

Sin embargo, el entrevistado entendió: “hay que hacer todo un trabajo de extensión, de concientización de los productores para ver cuál es el manejo más apropiado que se le puede dar a la alfalfa con ese destino”.

Como ejemplo nombró a INTA Manfredi, pionero en trabajar para mejorar el sistema productivo alfalfero en cada uno de sus eslabones. “Hace ya muchos años trabajan en alfalfa y tuvieron la oportunidad, de que, por estar en Córdoba, se unan con productores también cordobeses que trabajaron para producir mejor”, aseguró.

Según Gallarino, esa situación se diferencia con otras provincias porque no existen a nivel extensivo, técnicos o gente capacitada para poder informar a los productores cómo deben hacerlo.

“Pese a que la globalización ha facilitado la extensión y los métodos de producción, a veces es necesario hacerlo en forma personalizada, a campo, para que los productores vean los pros y los contras de cada manejo”, agregó.

Claro está que Argentina tiene un gran potencial para desarrollar variedades de cultivos adaptadas a su diversidad de suelos y climas. La demanda mundial de alimentos, como la alfalfa, está aumentando debido a los cambios climáticos y las sequías en otros países.

El país está bien posicionado para exportar comida, especialmente a los países árabes, pero hay limitaciones de precios y falta de especialistas y técnicos en algunas regiones. En términos de producción de carne y leche, siempre hay espacio para mejorar y ampliar los mercados.

La «bolsa blanca» sigue siendo un problema sin resolver en la producción agrícola de Argentina

Para el entrevistado el problema de la bolsa blanca seguirá existiendo como un “problema serio”.

“Es una competencia desleal que todos los semilleros y criaderos tenemos, porque no tiene ninguna inversión. Se generó por falta de control del ingreso de semillas de otras latitudes al país y que se han sembrado, sin control, por parte de las autoridades nacionales”, aseveró.

Consultado sobre la dificultad de erradicarlo, sostuvo que a medida que siga el control “como está”, cada vez será más difícil, aunque podría cambiar si tomamos “el toro por las astas”.

El futuro, “con mucha imaginación”

En la proyección que el empresario realiza a futuro, indagamos sobre lo que prevé en cinco años. “Hay que tener una imaginación muy fluyente”- indicó – “y deseo estabilidad en la Argentina, eso sí es importante, para toda actividad”.

Gallarino sale de la alfalfa y lo solicita para todo el sector empresario/productivo. “Sino estás siempre atando con alambre cosas que en el fondo ya arreglaste, pero como te cambiaron la ley del juego, tenés que adaptarte sobre la marcha a esa nueva reglamentación”, se lamentó.