Tras un año 2023 de sequía extrema, con productores que no lograron reservas forrajeras y tuvieron que comprar alimento pagando precios “desorbitados”, llevó a que se prevea la reserva forrajera. Con vistas al invierno, muchos productores aprendieron de los errores y buscarán “cubrirse” con alimentos.
La ingeniera Andrea Bolletta, del INTA Bordenave, explicó que “para la producción de carne a pasto hay que incorporar especies leguminosas a sistemas pastoriles” y agregó: “Hay especies que presentan taninos y esos compuestos, producidos naturalmente, permiten aportar mayores niveles de nitrógeno al suelo”.
Ello, según la especialista, “disminuye la perdida de nitrógeno al suelo y además, aporta nitrógeno natural. Nos independizamos del aporte de nitrógeno de fertilizando nitrogenados”.
Destaca también el aporte económico y ambiental que aporta, porque el nitrógeno que se agrega “fácilmente se pierde en el curso de agua o en la atmosfera”, sin embargo, el que proviene de manera natural “se incorpora al suelo y esta disponible para ser absorbido por las plantas”.
Destacó la ingeniera, (en un viejo informe que no pierde valor recuperarlo para tener en cuenta diversos aspectos a la hora de planificar) que “no solo los taninos de las plantas producen este beneficio sino que las animales, cuando consumen, se unen a la proteína de la pastura, y en lugar de perderse por orina es eliminado por materia fecal aportando mayor materia orgánica al sistema”.
Para concluir, la experta destacó que “es fundamental la incorporación de leguminosas, y complementar con gramíneas para secuestrar carbono a través del sistema de raíces que producen estas especies”.
Foto: @VascoGarcianda