Frente a este escenario, cuanto más semillas pongamos en el suelo va a ser la cantidad de plantas y el tiempo que tengan éstas a lo largo del tiempo, por lo cual el índice de amortización de la pastura se va a reducir.
La densidad ideal, deberíamos trabajarla entre los 17 y los 20 Kg/Ha. Pero lo que tenemos que tener en cuenta es cómo sembramos esos kilos. Si vamos a tener una genética de muchísima calidad, lo ideal sería poder dividir en el surco todos esos kilos.
En la República Argentina tenemos pocas sembradoras a menor distancia que 19 o 17,5 y cuando la semilla de alfalfa se encuentra en el surco con mucha densidad se siente hacinada y entra a trabajar en un alto raleo, por lo cual lo ideal sería gastar un peso más a la siembra, haciendo siembras cruzadas o intersiembra con banderilleros satelitales a 8 cm de manera tal que la densidad en el surco baje y tener mayor persistencia en el tiempo de esta forrajera.
El otro punto a tener en cuenta es la profundidad de siembra de esta alfalfa. Lo ideal son siembras subsuperficiales. Para mí, nunca mayor a 0,5 cm, y por sobre todas las cosas cuidar que la semilla este en estrecho contacto con el suelo, con lo cual tenemos que tener una muy buena rueda tapadora, un órgano tapador compactador y tener cuidado con las ruedas que cierran surcos, sobre todo en siembras convencionales para evitar que en suelos demasiado livianos por laboreo o por características del suelo quede armado un camellón por encima de esta semilla que hemos implantado, y de esa manera la profundidad de siembra se me vaya demasiado hacia abajo.
Entonces buenas densidades, siembras cruzadas, el suelo en estrecho contacto con la semilla, y tener en cuenta cuando tapamos esta semilla que no se nos vaya hacia arriba, o por lo menos que no alteremos la profundidad de siembra.
Fuente: Campo Directo – www.agromagazine.tv