Así lo refleja un análisis de costos, obtenido mediante el estudio económico que se realiza sobre unos 20 tambos en la zona de Trenque Launquen, en la provincia de Buenos Aires.
Entre otros datos que surgen de este relevamiento realizado por la AER INTA Trenque Launquen -que se lleva a cabo mensualmente y desde hace aproximadamente un año, con el objetivo de analizar los parámetros económicos de la lechería de la región- se desprende que el costo de implantar una alfalfa en la zona es de aproximadamente $17.200 y que sólo la implantación de la semilla representa un 66% del costo total de siembra.
El análisis tiene en cuenta una alfalfa grupo 9, que se siembra a mediados de marzo en promedio, sobre suelos de textura predominantemente franco arenoso para la región.
“Trabajamos con dos modelos, uno de alfalfa con pasto ovillo (Magna 601) y otro de alfalfa pura sin reposo invernal (Mecha). Pero es sobre este último que desmenuzamos los datos de implantación en general”, explicó el Ing. Agr. Guillermo Martín, de la AER INTA Trenque Launquen.
En cuanto al paquete tecnológico utilizado, detalló que “en barbecho se están pasando 3 litros de glifosato, y en preemergente 2.5 lts de glifosato y ½ litro de flumetsulam. Luego se le echa una cipermetrina y 100 kilos de superfosfato triple”.
Costos de materia seca
Más allá del paquete tecnológico, Martín siempre destaca la necesidad de conocer también los costos de materia seca por hectárea/ciclo, estableciendo un máximo y un mínimo en los mismos. “En el caso de la alfalfa, para un ciclo de 4 años, puse cuatro momentos: 60.000 kg de materia seca ha/ciclo, 44.000 y 28.000 (ver cuadro 2). Este número dividido lo que sale el costo de implantación me da el costo por materia seca. Tener en cuenta que esto sería puro, como si cortáramos al ras la alfalfa. Después viene lo que es la parte de manejo, es decir, la eficiencia con la que el productor está trabajando en el pastoreo. Entonces analizamos lo que sería un pastoreo muy intensivo, a razón del 65% de eficiencia en el mejor de los casos; otro con 50% de eficiencia y un tercero con baja eficiencia, del 35%; y a partir de ahí son los costos que se van obteniendo por kilo de materia seca. Con esto tratamos de explicar que el costo de materia seca no solo está sujeto a lo que es el costo de implantación o lo que digan los ensayos de la producción en zona, sino también está supeditado al manejo que también lleva adelante el productor posteriormente”, explicó el profesional del INTA.
La semilla, cada vez más relevante sobre el costo total de implantación
Es llamativo observar que a la fecha el estudio demuestra que, utilizando una alfalfa de buena calidad, su costo representa un 66% del total de los gastos que se dedican a la siembra de la alfalfa, un porcentaje elevado si se tiene en cuenta lo que ocurría una década atrás. “Teniendo en cuenta que esta es una alfalfa seleccionada, de las más caras por ende, el costo está influyendo mucho. Si tenemos en cuenta unos 10 años atrás, la incidencia en el costo por entonces creo que estaba más supeditada a las labores, al precio del gasoil, a los fertilizantes que se aplicaban y no tanto las semillas; y más teniendo en cuenta ahora que uno tiende a trabajar en directa y con aplicaciones más localizadas”, subrayó el ingeniero.