La AEFA es una institución que tiene varias décadas de vida y Capistrós Moreu hace varios años que tiene la responsabilidad de ser el director ejecutivo. Al hacer una radiografía de la alfalfa en España, dijo: “Partiendo de la base, por hacer una comparación con el sistema de pastoreo que tienen acá en Argentina allí toda la ganadería prácticamente esta estabulada por lo cual siempre hemos necesitado hacerla henificada o como es el caso actual hacerla deshidratada, los sistemas son diferentes pero solo por esa razón, allí la aridez es extrema. En general en toda España estamos hablando de pluviometría de 400 o 500 mililitros al año por lo cual no permite hacer en verano ningún cultivo y por supuesto y menos sacar el ganado, con lo cual siempre se ha henificado o se ha hecho el deshidratado”.
En España toda la alfalfa se riega y es muy poco lo que se produce en secano. “Este año hemos pasado por sequía, tenemos embalses en las cabeceras de las cordilleras con canales y redes que, este año y casi ninguno tenemos problemas de riego, llover no llueve porque es un clima muy árido y diría que el elemento más negativo que tenemos es que hay poca pluviometría”.
TodoAlfalfa: ¿Cuál es la principal amenaza de la alfalfa?
Joaquín Capistrós: Nuestra competencia directa es el maíz, que ha evolucionado de rendimientos de 8 mil kilos hace 25 años a rendimientos de 16 mil o 17 mil kilos y aunque hay vaivenes de precios, en este momento está bajo, pero esa alta producción a veces recompensa al agricultor. Entonces nuestro único problema es hacer más competitiva o tan competitiva a la alfalfa como es el maíz por lo cual hay muchísima superficie, probablemente de regadío estamos hablando de esas 250.000 unas 180.000, pero en España tenemos más de 3 millones de hectáreas solamente de regadío es decir que la posibilidad de aumentar 50 mil o 100 mil no es problema, el problema es comercializar de forma y modo que yo pueda sacarle un margen y pagarle al agricultor y hacerle rentable el cultivo. Siempre digo que el sector industrial nuestro es un sector en su estructura muy simple porque se coge la alfalfa con una humedad, se lleva, se deshidrata y se hace una bala (fardo), no es más complejo que eso. Y tenemos una ventaja que tenemos que tener la alfalfa a pie de obra no nos vale con esa humedad ir a 100 km y menos traerla de Estados Unidos, eso no podemos, con lo cual lo único que tenemos que hacer es cuidar al agricultor para que le funcione el cultivo, a partir de ahí probablemente todo lo demás va a funcionar.
TA: ¿Cuántas hectáreas implican? ¿En qué zonas está implantada la alfalfa en España?
JC: Llevamos bastantes años en torno a 250.000 – 270.000 hectáreas con pequeñas evoluciones. El 85% está en lo que es Valle del Río Ebro como centro de Zaragoza y luego hay un 10% en Castilla y León, y el resto casi en Andalucía.
TA: ¿Cuál es el rasgo distintivo que tiene la cadena de la alfalfa? Porque ustedes a diferencia de otros puntos en el mundo como exportadores mundiales de alfalfa es que ustedes la secan con plantas industriales.
JC: Ese es un tema lógicamente que ha ido evolucionando, hubo un tiempo en que la henificada con prensas o con la empacadora esa de tamaño de 25 kg, 30 kg, luego se puso la gran prensa la megaenfardadora y empezó la producción en los años 60 pero tuvo un declive, pero vamos a hablar de la nueva etapa desde el año 86 que entramos en la Unión Europea entonces la deshidratación había una ayuda al producto deshidratado entonces empezó con un empuje tremendo de forma y modo que hoy en estos momentos en torno al 70% de la producción de las toneladas va a la industria de España, el 25% más o menos se embala y el resto se ensila o se consume en campo.
TA: ¿Cuánto está exportando? ¿A qué destinos?
JC: Exportamos a más de 30 países, del millón cien mil toneladas que exportamos estos últimos años un 55% va a Emiratos Árabes, luego tenemos Arabia Saudita, China, Jordania y luego casi todos los países del arco mediterráneo, pueden ser Marruecos, Italia, Grecia.
TA: ¿Qué conoce de la alfalfa en Argentina?
JC: Yo al mercado argentino de alguna medida lo sigo hace algunos años porque una de mis misiones desde que hemos salido al mercado exterior es conocer lo que pasa especialmente en los países demandantes pero también en los que pulsan el futuro o ya son nuestros competidores y uno de ellos es Argentina. Me asombró las primeras noticias de esos millones de hectáreas que recuerdo que Daniel Basigalup me comentó que llegaron a 7 millones de hectáreas hace unas décadas. Evidentemente eso me preocupa, bien es verdad que veo la dinámica vuestra del país con el tema de la ganadería pastando, o de las megaenfardadoras que es un tema que va a ser mucho más lento pero por una sencilla razón lleva un cambio de mentalidad básicamente hacia una industria que tiende a deshidratar o comprimir, desde Estados Unidos no se deshidrata prácticamente nada pero si se hace con presión, hay que montar la industria y luego tenés un país hermoso, un país enorme que a nivel de otros temas, de infraestructura o de costos a puerto eso aporta una ventaja negativa.
TA: Si España tuviera el doble o el triple de la alfalfa que tiene, ¿La vendería toda o es por ahí es un exagerar decir que el mercado mundial tiene una demanda ilimitada?
JC: Debe darse pasos graduales evidentemente. Tendríamos necesidad de vender más en el mercado interior, recuerda que también el mercado interior ha coincidido con ese boom de la demanda y el precio de la leche también llevamos una década con precios muy bajos y el ganadero es el que nos consumía muchísima alfalfa deshidratada ahora lleva unos años que gasta menos, es decir yo estoy convencido que el hacer un millón más de toneladas y comercializarlo no debería ser ningún problema, de hecho Estados Unidos hace poco comercializaba dos millones y ahora comercializa cuatro, pero bueno también es verdad que la demandas van aumentando gradualmente. Yo he dicho que en diez años el mercado mundial se ha duplicado, hemos pasado de cuatro millones de toneladas globales a ocho y medio pero claro no surge en dos mañanas, gradualmente sí. Se ve que es un mercado, como en el caso de China o Arabia Saudita, Japón quizás ha sido el más importante y tiende a decrecer pero China el propio gobierno lo estima que puede haber una demanda de millón y medio de aquí a cinco o seis años sobre lo actual, y en Arabia Saudita estamos hablando de ochocientas o un millón de toneladas más sobre lo actual, por lo cual posibilidades hay, lo que pasa que también lo que he dicho en su momento cada vez va a haber si hay demanda más competidores a nivel mundial y sin dudas encontraremos a los argentinos.
TA: Sin que impongas una receta ¿Qué le sugerirías a tus pares argentinos?
JC: Primero, ahora estamos hablando de la rotoempacadora, eso es un sistema que por ejemplo en España no funciona pero aquí hay muchas y se venden más, producto de unas necesidades que son diferentes a las nuestras, por lo tanto aconsejar no me gusta nada. Lo cierto es que ese camino que hoy puede ser un despegue contando nuestra vivencia en España es un camino hacia el enfardado que lo estás haciendo en megafardos, la industria de la compresión y la deshidratación, ahí hay mercado y ahí es un porcentaje que hoy probablemente esté en cifras que no son oficiales pero de 60.000, 0 70.000 toneladas de exportación, pues evidentemente para un mercado con una producción como Argentina es una cifra ridícula diría yo. Hay un canal muy importante de duplicar o triplicar sin que tengas ningún problema porque tenéis un potencial que ya lo querría yo.