En la campaña 2012/13 Argentina revirtió su tendencia histórica y desde entonces mantiene Balanza Comercial positiva para semillas de especies forrajeras templadas, cuya calidad es reconocida en el mundo.
“En las últimas once campañas el balance comercial fue positivo respecto a la importación y exportación de semillas forrajeras”, explicó Tomás Biscayart, presidente de la Cámara de Semilleristas de la Bolsa de Cereales.
Para el entrevistado, esto “tiene directa relación con la profesionalización del sector” y con las condiciones agroclimáticas que nuestro país posee, que le permiten producir este tipo de semillas forrajeras, mejorarlas continuamente, ser competitivos a la hora de exportar y sustituir importaciones.
Sin embargo, en esa balanza no todas las semillas forrajeras logran ser exportadas. “Sucede que por cuestiones climáticas y de estabilidad de algunas especies, por ejemplo Alfalfa o Trébol rojo, quizás no alcanza la producción nacional en volumen y es por eso que se complementan las producciones locales con algunas importaciones”, indicó.
En 2019 la exportación tuvo su pico máximo y decayó posteriormente (pero siempre con balanza favorable), aunque para Biscayart eso está directamente relacionado “al efecto Niña y la sequía que ocasionó que no hubiera tanta semilla para exportar”.
Con la falta de dólares y las trabas para las importaciones, hubo complicaciones para algunos desarrollos productivos. “Con la semilla que había cosechada se priorizó el mercado local”, explicó.
Las semillas de producción nacional tienen diversos y variados destinos desde Uruguay y Brasil, a China, Italia, entre otros; y es buscada por “su buena calidad”. Cabe destacar que esta demanda es amplia “tenemos una estrecha relación con Uruguay y estamos en pleno crecimiento con Brasil”, apuntó, pero también la “contra estación” nos permite “ser proveedores de la Unión Europea, un destino bastante más exigente” y de allí podemos saltar a China “que quizás no le prestan tanta atención al desarrollo varietal, pero si a la generación de volúmenes y oportunidades de negocios”.
A la vez, algún año puede también haber pedidos de Estados Unidos y Canadá, transformando a Argentina en un exportador de semillas de forrajeras templadas entre las que se encuentran Rye Grass, Trébol Blanco, Lotus, Cebadilla, entre las principales demandas.
La producción de semillas de Alfalfa en Argentina
Según Biscayart, en nuestro país se realizan esfuerzos constantes, y tiene posee orígenes “muy competitivos”. Se hacen esfuerzos en el sur de Buenos Aires, Mendoza, entre otras localidades, “aunque a veces no es suficiente y es por eso que es necesario importar algunas variedades.
La bolsa blanca
Una de las grandes preocupaciones que tienen los semilleros es la comercialización de semillas de manera irregular, sin las certificaciones legales correspondientes, pero por sobre todas las cosas, sin los controles de calidad obligatorios.
En una entrevista realizada días atrás a Horacio Gallarino, Director Técnico de Palo Verde y socio de la Cámara de Semilleros, manifestó su posición y sostuvo que es “un problema sin resolver”.
Para el entrevistado el problema de la bolsa blanca seguirá existiendo como un “problema serio”.
“Es una competencia desleal que todos los semilleros y criaderos tenemos, porque no tiene ninguna inversión. Se generó por falta de control del ingreso de semillas de otras latitudes al país y que se han sembrado, sin control, por parte de las autoridades nacionales”, aseveró.
Consultado sobre la dificultad de erradicarlo, sostuvo que a medida que siga el control “como está”, cada vez será más difícil, aunque podría cambiar si tomamos “el toro por las astas”.
La falta de controles y el problema que implica en el desarrollo de las semillas mantiene preocupado a gran parte de los productores. “Es un problema grande más allá de los esfuerzos que se puedan hacer porque es un territorio muy amplio, el negocio es muy variado, es complejo poder llevar un control total de esa situación”, manifestó Biscayart.
A la vez, explicó que desde la Cámara de Semilleristas trabajan en conjunto con el INASE “en todos los aspectos posibles para fomentar y desarrollar el uso de semilla legal, formando parte del Comités Asesor de Forrajeras y la Comisión Nacional de Semillas (CONASE). También integramos el Clúster de la Semilla, y participamos en foros internacionales con la intención de impulsar la evolución de la Industria.
Sin embargo, sostiene que “los controles nos exceden a nosotros como como Cámara y como Industria, pero podemos tratar de desarrollarnos en la mejor medida para acompañar a quienes toman las decisiones”
Nuevo gobierno, nuevo año, nuevas esperanzas
Con el cambio de gobierno, Biscayart asegura que “hay otro aire en el sector”, pero aclara que desde el sector son proveedores de dos industrias que tienen dos realidades diferentes, por un lado la Industria de la carne que “tiene una mejor perspectiva” y del otro lado la lechería que esta “más complicada”.
Más allá de esta situación, sabe Biscayart que todos tienen la “necesidad de recuperar forrajes, implantar pasturas nuevamente” y es por ello que sostiene que deben “comunicar que el recurso más eficiente para producir carne y leche es el pasto”, por lo que está convencido que “en este contexto va a ser muy importante la implantación tanto de verdeos como de pasturas perennes para el próximo año”.
Por lo tanto, ante el panorama antes mencionado, dijo ser optimista en lo que puede llegar a venir. En cuanto a la producción de semillas sostuvo que “hay que reabastecer y recomponer los stocks, venimos de un año Niña en el que faltó semilla o se agotó lo que había y estamos en ese proceso”.
La llegada de la lluvia, aunque tarde por cierto, permite que varias especies que se producen en nuestro país puedan llegar a cosecha para abastecer el mercado local y promover la exportación”. Siempre apostando también a “la profesionalización de la Industria que viene creciendo”.
Finalmente, remarcó la necesidad de generar alianzas entre los distintos actores de la cadena para producir carne y leche de calidad de una manera más eficiente.
Sin embargo, y pese a los buenos augurios, las medidas económicas anunciadas por el gobierno tuvieron impacto negativo. Es que impulsa retenciones a la exportación para varios sectores, afectando a la semilla.
“El 15% nos afecta”, dijo y agregó: “de hecho estamos, junto con la Cámara de Semilleristas, trabajando y hemos solicitado algunas reuniones con el Ministerio de Economía y también con la Secretaría de Agricultura para tocar este tema dado que los costos nuestros son en dólares, entonces al exportar dólar quedamos desfasados en lo que estamos pagando, lo que percibimos una vez que logramos exportar”.
Es por eso que queremos exponer ante los funcionarios todos los esfuerzos que el sector realiza “para que entiendan que para poder exportar igual o más que los últimos 11 años, necesitamos que ese 15% -o ese derecho de exportación- no sea aplicado a las semillas forrajeras, porque la verdad que nos impacta de lleno en la rentabilidad y los negocios de exportación tienen un margen mucho menor que el mercado interno”.
Pero a ello, hay que agregarle el impuesto PAIS que pagan todas las importaciones de semillas que son necesarias para la producción nacional, “tienen un 17,5% de impuesto PAIS que te hace encarecer la semilla cuando termina yendo al distribuidor, al comercio o finalmente al productor”.
Sobre la Cámara de Semilleristas
La Cámara de Semilleristas de la Bolsa de Cereales es la asociación civil sin fines de lucro que nuclea en Argentina a empresas dedicadas a investigación, mejoramiento, producción y comercialización de semillas de especies forrajeras, cultivos de servicios y céspedes, más actividades relacionadas. Fundada en 1955, en la actualidad nuestros Socios representan la mayoría del mercado nacional de dichas semillas.
Red de Ensayos de la Cámara
La red de ensayos de variedades forrajeras de la Cámara de Semilleristas de la Bolsa de Cereales se desarrolla desde 1990 en estaciones experimentales oficiales y privadas.
Su objetivo es evaluar la producción de materia seca en diferentes ambientes de la Zona Pampeana.
Los resultados de cada campaña se publican en “PasturaTest”, fuente de consulta para empresarios agropecuarios y asesores dedicados a la producción de leche y carne vacuna, así como una efectiva herramienta de testeo para los obtentores e introductores de nuevos cultivares.