Hace un par de semanas se inició la construcción de uno de los mayores proyectos empresariales en San Francisco en los últimos años: el nodo logístico y polo agroindustrial que se ubicará en los terrenos del Ferrocarril Belgrano desde la intersección de calle Echeverría y la avenida 9 de Septiembre, en el inicio del barrio La Milka.
Este centro logístico ferroviario es un ambicioso proyecto público-privado, ya que se lleva a cabo con una inversión privada del grupo inversor GCC Business Platform que opera con un contrato con el Ministerio de Transporte de la Nación a través de la empresa estatal Trenes Argentinos Cargas, que ejecuta el transporte de cargas en el ferrocarril y posee los terrenos.
La gran protagonista, o el corazón del negocio de este nodo logístico, será la alfalfa, que según reveló la empresa se compactará en la planta de San Francisco y se trasladará por trenes a los puertos de Rosario y Buenos Aires, para tomar rumbo a un destino tan lejano para nuestra ciudad como los Emiratos Árabes Unidos.
El nodo logístico llevará el nombre de CADAF (Compañía Argentina de Alfalfa y Forrajes) y la inversión del grupo empresarial privado, cuya sede en Buenos Aires se ubica en Puerto Madero, será de unos 350 millones de pesos. Creará unos 20 nuevos empleos directos en la planta, a los que habrá que sumar los trabajos indirectos que se podrán generar por las conexiones y sinergia alrededor.
De qué se trata el nodo logístico
Si bien la creación del nodo logístico había sido anunciada en mayo por el Ministerio de Transporte de la Nación y por la Municipalidad de San Francisco, a nivel local todavía no se habían informado demasiados detalles del proyecto. “El Periódico” entrevistó al presidente del grupo empresarial GCC, Alfredo Abboud, quien precisó cómo va a operar esta estación, cuál es su idea detrás y también respondió a las dudas por el impacto en el medioambiente y las críticas por la tala de árboles.
¿Cómo va a funcionar este nodo logístico y qué se va a transportar por el ferrocarril Belgrano?
La idea es generar un lugar para llevar nuestro principal producto, que es la alfalfa, al mercado de Medio Oriente. Y por otro lado, brindar servicios logísticos a industrias de toda la zona de influencia, que está en el orden de unos 150 kilómetros, para mejorar los costos logísticos y que sean mucho más competitivas. Es una inversión 100% privada, de inversores argentinos, con una participación y muy buena predisposición del Estado con la suscripción del contrato de transporte y del terreno. Tenemos que mantener una obligación de carga, un pago del alquiler de los terrenos y tenemos también una obligación de mejoras, las que quedan para el Estado nacional. Quiero dejar en claro que con la finalización del contrato, las instalaciones quedan para el Estado.
¿De cuántos años es ese contrato?
Es un contrato de 20 años.
¿Qué significa ese compromiso de carga?
Cuando alquilás ese espacio ferroviario, tenés un compromiso de mover esa carga por el ferrocarril. Trenes Argentinos garantiza la cantidad de trenes y por contrato nosotros tenemos la obligación de mover una cantidad de contenedores por año, para permanecer en el lugar. De acá a tres o cuatro años, estamos hablando de 2.400 contenedores por año.
¿Cuál era la necesidad de la firma para este emprendimiento?
Tenemos acuerdos comerciales con la zona del GCC (Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo), que nuclea a los siete países del Golfo Pérsico. La zona de influencia del Golfo incluye otros países del sudeste asiático más próximo, como India, Pakistán, Malasia o Indonesia. Nuestro producto apunta a ese mercado.
¿La alfalfa va a ser entonces el caballito de batalla de todo esto?
La alfalfa es el “core business” de nuestro emprendimiento.
¿Por qué compran la alfalfa desde Emiratos Árabes?
Emiratos y el resto de los países que importan alfalfa lo hacen para alimentar sus ganados. Es fuente de proteína y de fibra. Tambos, caballos, camellos, etcétera.
¿Por qué eligieron a San Francisco y no otra ciudad que también tenga ferrocarril?
Nuestro negocio es la logística vinculada a la alfalfa. Villa María y Río Cuarto también tienen tren, pero San Francisco está en el centro de la cuenca alfalfera. Aparte, en su zona de influencia hay muchas industrias que pueden aprovechar nuestros servicios, mejorando sus capacidades para posicionarse en el mercado. Analizamos otras tres ciudades, pero no tenían esta conjunción. Argentina está lejos de los países árabes, pero también está lejos Australia y es competitiva. La logística nuestra tiene que ser más eficiente. En muchos productos se exporta eficiencia logística, aparte del producto. Si no, el producto no puede ser transportado.
¿Cómo está conformada la empresa GCC?
Hay una empresa que se llama Argentina GCC Business Platform, que es la dueña del contrato con el Ferrocarril. La explotadora de la parte alfalfera es la Compañía Argentina de Alfalfa y Forrajes, de la cual nosotros somos parte. Y se compone de un grupo de empresarios que se dedican exclusivamente al comercio y la logística con Medio Oriente. Tenemos muy buenos acuerdos con los puertos de Buenos Aires y Rosario, y relaciones comerciales con los puertos de Emiratos Árabes.
¿Qué se va a construir en el predio?
El predio va a tener 23 mil metros cuadrados, que internamente está dividido en tres. En un lado va a haber materia prima, en otro una compresora de alfalfa, que es un elemento completamente inocuo a efectos de ruido o polución. No tiene chimenea, es una prensa hidráulica. Y después tenemos el acople del producto terminado. La mercadería viene de los campos, la estabilizamos, se la comprime y se mete en contenedores que llegan y se van por el tren hacia el puerto de Rosario y Buenos Aires.
¿Y qué ventajas podría tener este nodo para otras empresas de la ciudad y la zona?
Nuestros acuerdos con el Ferrocarril y los puertos están a disposición de las industrias de la zona que quieran utilizar los servicios. San Francisco tiene un Parque Industrial muy grande. Supongamos que alguna de sus industrias tenga que importar algo, puede utilizar nuestros servicios a través del tren. Lo llevamos en un camión al Parque y lo devolvemos. Pero pueden pasar dos cosas: que ese contenedor quede en nuestro predio para que lo utilice otro que quiera exportar, o que vuelva al puerto. Y ese que queda en el predio, mejora los costos tanto para el que lo trajo, que no tiene que llevarlo al puerto de origen, como para el que lo utiliza para exportar.
O sea, se evita devolver los contenedores vacíos al puerto, sino que permanecen en San Francisco para que los aproveche otro que quiera exportar…
Hoy una importación viene desde el puerto, la trajeron a San Francisco, lo vaciaron y el mismo camión lo tiene que llevar vacío de nuevo al puerto. Y si quiero hacer una exportación tengo que ir a buscar al puerto un contenedor vacío, traerlo a San Francisco, cargarlo y después devolverlo al puerto. Pero si un contenedor vino cargado, lo vacían en San Francisco y lo dejan en nuestra estación, y si yo quiero importar ya tengo ahí un contenedor vacío. Se lo llevamos a la planta, lo cargan y lo llevamos al puerto. Entonces bajan los costos para todos.
¿Qué ventajas ofrece hacerlo a través del ferrocarril?
En primer lugar, el costo. Después, el volumen. Cuando tenés que mover 30 contenedores, son 30 camiones, con los problemas de accidentes que causan en la ruta. Aclaro que los camiones no son nuestros enemigos, sino nuestros socios. El tren, con una formación puede llevar 50 contenedores. Ambientalmente, no tenés 50 camiones gastando combustible para llevar la carga a los puertos, tenés una sola locomotora. Eso tiene un montón de beneficios, es una industria limpia.
¿Y están en condiciones las vías para mover esa carga?
Sí, totalmente. Si hay una línea a la cual el Estado le puso plata en los últimos años es justamente esta.
¿Qué apoyo tuvieron del Ministerio de Transporte y cuándo comenzaron las conversaciones?
El apoyo fue total. Comenzamos en octubre y lamentablemente en el medio se produce el fallecimiento del ministro Meoni, pero siempre las áreas jerárquicas por debajo nos dieron un apoyo importantísimo. Se dieron cuenta que es un proyecto serio. Y la inversión es privada, no le estamos pidiendo plata al Estado. Normalmente cuando aparecen proyectos muy buenos al final de la conversación se pide plata. Este no es el caso.
¿Y en cuestiones impositivas?
Tampoco, no tenemos beneficios. No creemos que los negocios tengan que tener un sustento de beneficios con respecto a otro actor del mercado para que sea viable hacer la inversión. Voy a tomar los beneficios que la ley nos permita, pero no tenemos beneficios fiscales.
¿De cuánto es la inversión y cuántos serán los empleos?
La inversión estimada ronda los 350 millones de pesos y los empleos directos, que son de la zona de San Francisco, son de 20 personas trabajando en nuestra planta. No lo tengo cuantificado, pero va a traer empleos indirectos por la sinergia alrededor.
Si bien el negocio de GCC será la alfalfa, ¿qué saben de las industrias locales?
Con el apoyo de la Municipalidad estuvimos hablando con la Cámara de Comercio Exterior de San Francisco y la zona, y están muy interesados porque ven que hay una posibilidad cierta de poder mover sus productos con nuestras facilidades.
¿Al mercado de los países árabes o a otros destinos?
No, a cualquier lugar. Por ejemplo, si una industria importa de Hamburgo, va a recibir contenedores en el puerto de Buenos Aires, y nos piden que los traigamos y se los dejemos listos en su planta. O bien otra industria exporta a Sudáfrica desde los puertos de Rosario o Buenos Aires, y nosotros le llevamos la carga.
¿Cuándo calculan que estarán en funcionamiento?
Si Dios quiere en diciembre tenemos que estar funcionando. Contratamos empresas locales para hacer la obra, gente muy comprometida y muy profesional. Todo el proyecto se hace con empresas locales. Son diferentes equipos y empresas. Por ejemplo, la empresa constructora de los galpones ya lo están haciendo en sus talleres.
Hay muchos proyectos que despiertan muchas expectativas y luego se van desvaneciendo. ¿Por qué este nodo no se va a convertir en otro “elefante blanco”?
Por varios aspectos. Nosotros estamos exportando alfalfa desde hace más de tres años. Es una inversión privada, no da lo mismo fracasar si vos pusiste la plata. Y esperemos que no sea el caso. Además no es un galpón que después lo vendo, las instalaciones después quedan para el Estado.
¿Actualmente cómo lo hacen a este negocio y por qué evaluaron que es necesaria la inversión en San Francisco?
Hasta este momento, damos todos los servicios que comenté. Este proceso se va a seguir manteniendo a otros exportadores, pero llegó el momento de dar el salto y tener nuestra propia planta.
¿Habrá otros nodos logísticos de GCC en otras ciudades?
Sí, pero es confidencial y no puedo decir dónde ni cuántos
Fuente: el-periodico.com.ar