Informe elaborado por Pablo Cattani, Federico Sánchez y José Peiretti
Especialistas en conservación de forrajes
El informe de ventas de equipos de henificación publicado en 2019 lo titulamos “En época de vacas flacas, Argentina se tecnifica en la conservación de forrajes”. Hoy analizando la dinámica de ventas rubro por rubro de los fierros forrajeros durante 2020, el título es similar y la primera conclusión se repite: Argentina se encuentra en un claro camino hacia la incorporación de tecnología para la conservación de forrajes, buscando incrementar la eficiencia y ajustar el costo directo más importante como lo es la alimentación en los sistemas de producción de carne y/o Leche.
El mercado comercializó muy buenos volúmenes de máquinas durante el 2020, superando a las cifras del 2019 que ya eran buenas, indicando que más allá de la necesidad de algunos productores de poner el beneficio del negocio en capital de trabajo, se sigue afirmando la tendencia de incrementar los niveles de “reservas” en una ganadería que no se ´puede permitir un solo día sin el mayor potencial productivo para defender su eficiencia y rentabilidad.
Analizando rubro por rubro, la primera luz verde la encienden las 277 segadoras con acondicionador comercializadas, el cual posiciona al 2020 como uno de los tres años de mayor venta de la última década, y con un crecimiento interanual del 65% respecto al 2019. Estos datos acompañados de la marcada baja en ventas que han sufrido las hélices corta-hileradoras en el último periodo.
Las segadoras más vendido son las máquinas de arrastre, de las cuales se vendieron 215 unidades, con preferencia hacia modelos de tiro central, acondicionador de rodillos ya sea de goma o acero, cambio rápido de cuchillas y anchos de entre 3 y 4,5 metros.
Dentro del rubro segadora, donde se visibilizan un fuerte incremento de la producción de forraje y sobre todo en economías más regionales, es en el de las segadoras de tres puntos que se utilizan en esos segmentos productivos y que en el último año creció un 65% respecto al período anterior, demostrando que el negocio de forrajes no deja de explorar nuevas zonas productivos y se ofrece como una solución de trabajo a la hora de explorar nuevas alternativas en las explotaciones y regiones de menor escala. Además, por su precio notablemente inferior y la mayor oferta de tractores con 3 puntos de serie, estas segadoras se han transformado en una muy buena alternativa para los productores que desean pasar de una hélice a una máquina con corte eficiente y bajas pérdidas.
En segadoras autopropulsadas, se comercializaron solo 17 unidades en 2020 y la importación de estas máquinas para 2021 está muy limitada debido a que deben ingresan al país como categoría tractor incrementando su costo de comercialización y reduciendo el cupo de comercialización de “tractores reales”, con lo cual la mayoría de las marcas han restringido este producto para este 2021.
Un cambio más que positivo mirando la calidad global del forraje que se produce en nuestro país, lo genera el rubro de rastrillos en donde sigue creciendo la participación de los modelos o sistemas de trabajo, llamados “giroscópicos” que, si bien tienen un costo de adquisición sensiblemente superior a los demás sistemas de trabajo, la eficiencia y calidad de trabajo están más que demostradas y quizás esa sea la razón por la que alcanzaron un volumen de 21 unidades, suponiendo que en la medida que haya oferta de este tipo de equipos, la demanda seguirá sostenida.
En Rotoenfardadoras el incremento del volumen comercializado fue de un 25%, alcanzando 514 unidades con un 68% de unidades de origen nacional y el 32% restantes con maquinaria importada. Se consolida el atado a red, el cual ya es ofrecido prácticamente en todos los modelos del mercado.
En referencia a las Megaenfardadoras, destinadas casi en un 98% para producir heno con destino a venta, ya sea interna o para exportar, el incremento fue más que significativo con 50% de crecimiento comparando 2020 a 2019.
Este incremento, puede no ser del todo real, ya que el rubro venía arrastrando un atraso en sus ventas con un crecimiento prácticamente nulo desde el 2018, con 11 unidades y 12 en 2019, por lo que no sería herrado pensar, que los cambios de modelos y la conveniencia productiva y logística que ofrecen los mismos pudo haber influido en el mayor volumen comercializado de máquinas de 1,2 x 0,9 m de sección de cámara de compactación.
Si buscamos entre las causas de esta performance de ventas de los equipos de pasturas, probablemente se puedan encontrar respuestas en la sequía que se produjo en gran parte del país durante la mayor parte del 2020, que, a diferencia de los granos, reactiva el mercado porque el heno de alfalfa se revaloriza notablemente ante la falta de pasto. Hoy el precio de referencia del kg de heno de alfalfa es de $10, lo que lo posiciona como una muy buena alternativa de negocio.
Otro punto es, que al igual que sucedió en el resto de los rubros de la maquinaria agrícola, la suba del precio de los granos acompañados con la posibilidad de comprar maquinaria a dólar oficial genera en los fierros una buena alternativa de inversión.
Pero sin duda, el crecimiento de la eficiencia de la producción de carne, con buen precio interno, e incremento de la exportación seguramente hicieron visible la necesidad de contar con forrajes de calidad y con una cantidad que superen las adversidades climáticas dando sostenibilidad productiva a todo el sistema.
Por otra parte, el incremento del stock bovino nacional, la recría hecha en campos de cría que mejoraron los márgenes del negocio y otros factores productivos, hacen que los forrajes conservados sean cada vez más una herramienta productiva indispensable, dejando atrás el concepto de reservas forrajeras.
El forraje conservado, traccionado por el mercado pecuario, marca una tendencia positiva y con un futuro más que promisorio si se trata de incrementar eficiencia y rentabilidad al sector.