El balance elaborado por las autoridades de la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada sobre la organización de las Jornadas Españolas del Cultivo de la Alfalfa fue más que positivo.
Así lo anticipó el presidente de la entidad, Luis Machín, en diálogo con TodoAlfalfa. “Creemos que ha sido un éxito total la realización de esta nueva jornada”, apuntó y agregó que “todo el aforo se completó”.
Los asistentes mostraron su conformidad con el evento y destacaron “sobre todo la calidad de las ponencias, ya que se han tratado temas de mucha actualidad e importantes, tanto para los agricultores como para las industrias deshidratadoras”.
La burocracia, un problema
Machín fue crítico de la burocracia que el Estado impone para producir. “El sector alfalfero se encuentra igual que prácticamente toda Europa y los sectores agroalimentarios”, manifestó y continúo: “estamos muy preocupados por la situación actual y por la estricta reglamentación que existe en Europa sobre todo en la producción de muchos cultivos”.
Es que aseguran que les permiten utilizar pocos productos para el tratamiento de plagas y otras enfermedades, aunque “en otros momentos se importan productos de terceros países que no tienen ese control y no son tan estrictos”.
Es por ello que tanto productores, como la industrial deshidratadora, apoyan a los agricultores españoles en sus reivindicaciones. “Creemos que tenemos que estar en igualdad de condiciones con otros países a la hora de poder producir y a la hora de querer producir alimentación para alimentar al mundo, para alimentar a Europa y cada vez las exigencias son más grandes, los productores cada vez tienen menos margen y cada vez se hace más difícil trabajar”, apuntó.
Desde la asociación se inició con una política de promoción de los forrajes deshidratados españoles en los diferentes mercados internacionales desde hace al menos 6 años. Los empresarios hicieron una fuerte apuesta marcando presencia en ferias, misiones inversas, misiones directas, para dar a conocer a los clientes internacionales los productos que se fabrican en España y por las industrias asociadas.
Machín explicó el trabajo de la entidad. “Consiste en una tipificación de la alfalfa española para que todos supiésemos qué alfalfa teníamos y cuál es la que va destinada a cada mercado”, pero además, agregó que “en cada mercado lo que se ha hecho ha sido enseñarles a trabajar con la alfalfa deshidratada, las calidades” y además “estar muy presentes en los diferentes foros, realizando seminarios, para que se conozca la alfalfa española.
Esa expansión, les permitió llegar a mercados que son considerados como “los principales demandantes”. La gran mayoría están en Asia, desde Oriente Medio hasta el Lejano Oriente.
Ese trabajo para “ganar terrenos y mercados” están pensando para darle continuidad y llegar a diversos puntos del plantea como países en vía de desarrollo como Vietnam, sin dejar de lago que en los próximos años el objetivo es arribar a Indonesia, Taiwán”.
“La idea es intentar encontrar el mayor número de mercados posibles para que de esta forma, si somos capaces de diversificar los mercados, pues minimizaremos los riesgos”, aseveró.
Esta diversificación permite que si en determinados momentos un sector no compra está la posibilidad de que el otro requiera
La mirada española de Argentina
Machín fue claro. “Ves una potencia enorme desde el punto de vista agrícola”, indicó y agregó: “entiendo los problemas que puede tener Argentina vienen derivados de otro sitio, no de su capacidad productiva”.
Destacó la problemática del tema “logístico” que puede afectar en el encarecimiento del producto y golpea a la competitividad.