La alfalfa aragonesa, un cultivo que es la leche

Aragón concentra la mitad parte de la producción de alfalfa de España. Destinada principalmente a la alimentación de vacuno de leche, más del 80% se exporta a otros países. En España, se produjeron la pasada campaña 1,4 millones de toneladas.

Aragón concentra algo más de la mitad de la producción de alfalfa de España. De ella, entre el 30 y el 40% se da en el Valle del Ebro. Así pues, esta zona es la principal productora de alfalfa del que es el segundo país productor de este tipo de forraje. Según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa (AEFA), en España, se produjeron en la pasada campaña, 1,4 millones de toneladas, de las que 816.000, el 56% se han producido en Aragón.

Estos fueron algunos de los datos que se expusieron en la jornada técnica sobre forraje, que se celebró esta semana dentro de la serie de jornadas organizadas por Caja Rural de Aragón y Lonja del Ebro, que abordan diversos asuntos relativos al sector agrario.

El encargado de impartir esta jornada fue Isidro Lamiel, gerente de SAT Ansó, empresa forrajera dedicada a la deshidratación de alfalfa. Lamiel quiso insistir desde un principio en que en su empresa: «no producimos alfalfa, sino que alimentamos vacas».

Y es que es precisamente la alimentación de animales destinados a la producción de leche el principal destino de esta leguminosa que constituye el cultivo forrajero «más valioso» por su reserva proteínica. De hecho, según datos de una encuesta de uso de la alfalfa, elaborada por AEFA el 61% de este producto se destinaba al vacuno de leche, el 14%, al caprino de leche; el 2% al vacuno de carne y el 13% al vacuno y caprino de carne. Un pequeño porcentaje se da a cerdas lactantes para mejorar la calidad de su leche.

En el mundo existen 30 millones de hectáreas de cultivo de alfalfa, España es el tercer productor mundial tras EE.UU. y Australia, un país que, aunque es forrajero no produce alfalfa, pero que ocupa el segundo lugar debido a que la configuración de las estadísticas empleadas para medir la producción considera la producción de forraje.

Hacia todo el mundo

En España hay 65 industrias deshidratadoras que produjeron más de 1,4 millones de toneladas de alfalfa de las que entre el 80 y el 85% se destinaron a la exportación, siendo Emiratos Árabes Unidos, el primer país importador de alfalfa española, seguido de China, Jordania, Francia, Corea del Sur o Kuwait son algunos otros países a los que llega la alfalfa producida en España, en un fenómeno que arrancó allá por 2013 y que se ha mantenido de manera más o menos sostenida en el tiempo.

Sin embargo, si se considera la cantidad de forraje en su conjunto, son China, Japón y Corea los mayores importadores del mundo. Esto se debe a que, pese a no tener una tradición arraigada, cada vez se consume más leche y derivados en estos países. Esta demanda hace que la leche tenga precios muy elevados, por lo que pueden permitirse comprar forrajes más caros que, por ejemplo, en los países del Golfo Pérsico, donde «por cierto, la alfalfa no se la comen los camellos, sino los animales de producción de leche», apuntaba Isidro Lamiel.

La alfalfa exportada responde a dos tipologías principales: henificada o deshidratada. La primera se empaca en campo, se seca al sol y se reempaca en una planta especializada para aprovechar al máximo el espacio en los contenedores de transporte. La deshidratada se siega en campo y directamente se lleva a una planta donde se extrae toda la humedad y a las 48 horas está lista para exportar. «Es más estable y se produce menor pérdida de valor nutritivo. Además, se evitan problemas como el exceso de estrógenos», destacaba el gerente de SAT Ansó.

Fuente: El Heraldo de Aragón ( https://www.heraldo.es )