La alfalfa como protagonista para competir en zona agrícola

El establecimiento Don Marcelino, ubicado en Villa Valeria, sur de Córdoba, tiene una extensión de 4.000 Ha, que podrían utilizarse para agricultura. Sus titulares decidieron utilizar 1.000 entre maíz para consumo propio y maní para poder encarar los gastos, y las otras 3 mil se dedican exclusivamente a la ganadería a pasto, con la alfalfa como gran protagonista.

Según describe una nota publicada en valoragregadoagro.com, el encargado y administrador del establecimiento Don Marcelino es Gerardo Piovano, familiar de los titulares del maravilloso campo con hectáreas y hectáreas de alfalfa y ganadería, todo un placer. Lo acompaña un Joven Ingeniero, Esteban Iroleguy,  fanático de la  producción que le da la impronta de tecnología y manejos a esta tradición ganadera.

En cuanto a los novillos que se producen en Don Marcelino tienen como destino, en su mayoría, la Unión Europea, Cuota Hilton y envíos a Alemania de la mano de La Pastoril (Cba. Beef) a una exclusiva cadena de restaurantes.

” La empresa está formada por una familia que desde hace 70 años se dedica a esto, siempre con resultados muy satisfactorios”, comienza relatando Gerardo Piovano.

La Producción de Don Marcelino comienza al lado
”Nosotros tenemos un pulmón de recría con la hacienda que se compra en la Cuenca del Salado, Buenos Aires”, señaló. Como ya se sabe los terneros del Salado son destacados por su calidad. En este caso la familia cuenta con un campo cercano a Don Marcelino, a unos 20 km aproximadamente, Establecimiento El Silencio. “Es un campo que recibe los terneros y les hace toda la sanidad de entrada, se recrían hasta los 300 kg y luego pasan a este campo que es mas grande ( Marcelino) donde se hace la terminación”, afirma Piovano.

Siempre a pasto
La principal característica de Don Marcelino es la alimentación pastoril y así lo demuestran las imágenes aéreas de las alfalfas. En épocas de verano el forraje con el que se alimentan los novillos es alfalfa y en invierno un centeno y avena, indica el administrador del campo. ”Leguminosas en este momento y gramíneas en invierno”.

En cuanto a las reservas utilizan silos de maíz picado, rollos de alfalfa y en algún momento se confina alguna tropa para pasar la parte dura del invierno. “Las tropas en estado más avanzados se las acompaña con un poco de maíz debajo de los boyeros”.

Cabe aclarar que ese acompañamiento de maíz, para la vida de un novillo a campo alimentado con los cultivos mencionados es insignificante.

El último acompañamiento de maíz se utiliza para el engrasamiento del novillo en su última etapa.”Queda un novillo bien terminado para la comunicada Europea”, puntualiza Gerardo Piovano a Valoragregadoagro.

Las alfalfas de Don Marcelino
Desde que se ingresa al establecimiento llama la atención los guardaganados perfecta y estratégicamente colocados, los boyeros, hasta la propia camioneta Ranger Cabina simple (ideal para este trabajo) acondicionada para pasar boyeros. Pero cuando alguien levanta la vista y ve ese verde interminable de alfalfas, que si quieren pasar corriendo no hay formas por la altura y la consistencia de la misma, que ya tiene 4 años, si 4 años y están impecables; eso es lo que hacer perder la vista y noción del espacio que ocupa ese verde interminable.

¿Pensaron en una cabaña?
Piovano: No. La empresa cuenta con campo en la provincia de Buenos Aires, en la Cuenca del Salado, puntualmente en Olavarría. Es un campo de rodeo de crías donde se manejan 2000 madres, pero el dueño del campo nunca pensó en una cabaña, solo producción de carne.

¿Los mueve la pasión por la ganadería?, porque la coyuntura no ayuda y los números muchas veces son finitos.
Piovano: Sin dudas. Para nosotros y para todos los que llevan adelante este tipo de negocios es un problema. Siempre hay que estar lidiando con esto, las idas y vueltas del gobierno, ya sea con el de turno o el que pase. Siempre hay que pensar reinventarse uno mismo dentro del sistema de producción.  A veces hay que apretar más el campo, tener más hacienda, sacar más kilos por hectárea. Sea de la manera que sea uno trata de intensificar a fondo para poder saltar estos obstáculos.