España es una de las potencias del mundo en la producción de alfalfa. Gran parte de la misma se exporta. En JECA 2024 se planteó la necesidad de continuar buscando nuevos mercados y “abrirse” al mundo para imponer su “producto”.
En una “mesa redonda”, María Naranjo, directora de industria alimentaria del ICEX, expuso su mirada al respecto y destacó: “yo tengo el enorme privilegio de apoyar específicamente al campo, a la industria alimentaria a exportar. El ICEX nació para apoyar, los primeros que exportaron fue el campo (vino, aceite, quedo) y desde hace unos años nos explicaron el importante camino que había hecho la industria de la alfalfa, de la alfalfa deshidratada que tiene una trayectoria modélica y empezó a exportar casi cuando nadie exportaba porque era sobre todo venta nacional”.
¿Por qué era tan importante para la industria alfalfera salir y diversificar mercados?, se pregunta la empresaria y responde: “hay que exportar a otros mercados para no concentrar los huevos en la misma cesta. Durante estos cinco años lo que ha hecho ICEX es, gracias a la red exterior de las oficinas económicas y comerciales de España, ayudar y acompañar al sector de la alfalfa en una campaña de promoción donde hemos defendido la excelencia de la alfalfa deshidratada española”.
“En mercados tan complicados donde no teníamos una imagen, como en China, por ejemplo, se ha hecho una labor absolutamente extraordinaria. Y, además, incluso en momentos tan complicados como el año pasado, ha tenido el coraje de seguir y hemos seguido apostando por nuevos mercados. Ahora estamos también en Arabia Saudita, otro mercado que va a crecer un montón, en Corea del Sur, hemos intentado en Vietnam y seguimos apostando por trabajar en nuevos mercados”.
¿Cómo veo yo el futuro?, se preguntó y respondió casi de manera simultánea apremiada por el tiempo: “Yo pienso que precisamente estas industrias de base, la industria de la alfalfa que tiene una repercusión, un efecto multiplicador en toda la industria alimentaria. Estamos viendo cómo entran grupos extranjeros al sector de la alfalfa.
Posteriormente fue el turno de Rafael Rubio, director de Forrajes y Proteínas y ex presidente de AEFA al que se le consultó sobre el detrás de escena y el trabajo que llevó alcanzar esos mercados.
“Gracias al ICEX España se ha consolidado”, comenzó manifestando y amplió: “las industrias necesitan salir al extranjero. Y las vías que se están abriendo son muchas (Vietnam, Corea), se están ofreciendo productos de alta calidad, con una trazabilidad absoluta e incluso totalmente garantizado”.
Felipe González, gerente de la cooperativa Cofocyl, destacó que “España es el primer productor de alfalfa deshidratada del mundo y segundo exportador (detrás de Estados Unidos)”, cabe aclarar que el 20 por ciento va al mercado local y el 80 por ciento se exporta.
“Eso es porque es de muy buena calidad”, aseveró y agregó: “exportamos a países emergentes como Emiratos Árabes, Arabia Saudita, Medio Oriente, también a Asia, China, Corea, Japón.
Son países que aumentan su población y económicamente fuertes. Entonces necesitan más comida, necesitan más alimentación para la población porque son más ricos y el cultivo de la alfalfa aporta una base muy importante para la producción de leche y de carne”.
Por lo tanto, “eso se hace desde las industrias, que hemos sido capaces de producir un producto que es de alta calidad, lo hemos conseguido transformar y poner en cualquier parte del mundo garantizando esa cantidad”.
José Miguel Mulet, Vicedirector del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas, aporto su visión después de todo lo manifestado por los integrantes de la mesa sobre la investigación y el aporte que puede realizar para mejorar el cultivo.
“La proyección de España va a ser muy grande”, manifestó enérgicamente y continúo: “pero hay que tener en cuenta no solamente si podemos cultivar ahora, que está claro que sí, sino si vamos a poder cultivar en el futuro”.
La preocupación de los expertos pasa por la sequía y las altas temperaturas que afectan a todo el mundo. “Ahí es importante el papel de las nuevas tecnologías que nos permitan desarrollar nuevas variedades, adaptadas, para seguir manteniendo estos números tan buenos o incluso hacerlos mejores”.
“Si nosotros nos adelantamos a los competidores, vamos a tener más producción, cuando en otras cenas del mundo probablemente no caer”, concluyó.