La Plenaria Anual del Clúster de Alfalfa 2023 dejó muchas sensaciones positivas entre los presentes y los organizadores. En diálogo con TodoAlfalfa, Gastón Urrets Zavalía, coordinador del evento junto al Clúster de Alfalfa Córdoba, reconoció: “fue una cosa increíble, 12 empresas acompañando, expositores, 170 asistentes, técnicos del más alto nivel brindando conferencias, espacios de confraternidad, de intercambio, de conocimiento entre los socios y mucha gente que se ha sumado y que no es socia”.
El objetivo, claro está, “no es solo tener buenos y lindos momentos, sino profesionalizar lo que hace cada uno en su campo, que no se los coma la diaria, que sean empresarios de lo que cada uno hace” por lo que buscan brindarles tips y herramientas puntuales, estrategias para cada uno de los procesos en que interviene el alfalfa.
Consultado sobre su exposición -Urrets Zavalía- reconoció que “la alfalfa se puso la corona de reina de las forrajeras para sentarse en la mesa de la soja y el maíz diciendo; acá estoy yo, soy un cultivo de alta rentabilidad, soy un cultivo que le aporto a las rotaciones estabilidad, que en años de sequía puedo estar fuerte y que soy una unidad de negocio importante que tengo que ser manejada como tal”.
Se trata de un producto (la alfalfa) que “hoy está en un campo de 10/12 quintales de arrendamiento, ya no está en zonas abandonadas, pensada como una forrajera extensiva solamente, sino que le tengo que sacar el jugo, que tengo que obtener productos de alta calidad y ahí sí tiene alta rentabilidad”.
Urrets Zavalía entiende que “hay que profesionalizarla, sinergizar y aprender rápido unos de otros y de la mano de las empresas que nos traen la tecnología, poder avanzar”.
La alfalfa bien hecha es muy rentable
Además, dentro de lo malo que fue la sequía si hay que destacar algo positivo es que permitió florecer a la alfalfa en esa discusión, “porque rendía, porque permitió en la primera lluvia salir a cortar, porque además logró que muchos entiendan que sembrando y haciéndolo bien tenés material por dos o tres años”.
Para el ingeniero agrónomo, especialista en este cultivo, “las coyunturas te hacen crecer y te hacen visibilizar algunas cosas. Una de ellas es, por ejemplo, que la alfalfa te da una herramienta de trabajo que por ahí otros cultivos en situaciones de sequía no responden igual”.
“No es que sea su mejor momento de expresión la sequía para alfalfa, pero, por ejemplo, gracias a su sistema radical profundo y no solo este año, los últimos tres años de sequía, permitió estar muy fuerte frente a los otros cultivos y nosotros ya lo venimos diciendo, vos pensá que con los análisis con números en la mesa, desde el INTA Manfredi”, explicó.
“La alfalfa bien hecha es muy rentable pero hay que hacer las cosas muy bien. Lograr una alfalfa de alta rentabilidad es posible cuando aplicas tecnología”.
El mundo está pidiendo alfalfa
Desde el Clúster, reconocen que “hay que tener los dos canales abiertos, hay que profesionalizarlo porque la internacionalización te llega, te eleva la vara, te demanda calidad, te demanda procesos eficientes por varios motivos”.
“Lo que nosotros mostramos es que las oportunidades de negocio surgen afuera porque hay una demanda creciente, es una curva hacia arriba”, manifestó y agregó: “la concentración ganadera demanda silajes, heno, pero en el país pasa lo mismo, la concentración ganadera, los tambos cada vez mas intensificados necesitan heno y menos horas de pastoreo y más heno y más silajes y eso sin duda lleva a un incremento de la demanda interna”.
Reconoce que “en los últimos años no hay excedentes para exportar y eso está bueno, pero hay que trabajar para aumentar mucho esos volúmenes de calidad”.
“En el Clúster tenemos socios que se dedican exclusivamente al alfalfa, por lo que claramente es un negocio. Hay gente que tiene 50 hectáreas, 700, 1000 hectáreas, y se dedican exclusivamente a eso, pero el tema es que te demanda una especialización.
Menos hectáreas, más eficiencia
Con el correr de los años se redujo el área de cobertura. Hace 20 años se sembraban cinco millones de hectáreas y en la actualidad son alrededor de tres millones. “Eso te marca que lo que hay que hacer un eficiente uso de la superficie”, explicó Urrets Zavalía y para poder mejorar y aumentar la producción es importante poder agregar a la producción riego.
“Hay que meterle toda la tecnología que se pueda, en forma gradual por supuesto, pero avanzar y sabiendo que te lo paga, que te lo devuelve la inversión, las tecnologías aplicadas para hacer un manejo aeronómico de alta precisión”, apuntó.
Para el experto en la materia si la alfalfa pretende sentar en la mesa de la soja y el maíz deberá el productor hacerla con semilla fiscalizada, con muy buena fertilización, con análisis del suelo, con manejo agronómico de maleza, foliares”.
Para el futuro, un optimismo enorme
Consultado sobre su visión para los próximos años (2025/2030) el funcionario del INTA se mostró “optimista”. “Venimos viendo el caminito que se está haciendo en los últimos años, la maduración del mercado interno, la conciencia de que un rollo o un megafardo es un envase y que tengo que estar mirándolo y sospechando de cuántos kilos de proteína bruta tiene, cuantas megacalorías de energía”, es clave, según Urrets Zavalía.
Todo eso, sumado a que cada vez el mercado (interno y externo) se vuelven cada vez más exigentes, obligan al productor a estar a la altura para cumplir con los requerimientos. Tambos de tres ordeñes al día, nutricionistas finos con los números que entienden que un heno de mala calidad comparado con uno de buena calidad no es lo mismo, porque te obliga agregar más kilos de maíz y todo se traduce en plata.
Por eso, concluye el experto, “lo importante es organizarse, tener un plan de trabajo, una hoja de ruta clara y acciones bien concretas bajadas en un plan a corto, mediano y largo plazo”.