La amplia variedad de semillas que ofrece Palo Verde

Tener variedad de semillas, que se adapten a la necesidad del productor dependiendo del suelo, clima y varias variables más…

Tener variedad de semillas, que se adapten a la necesidad del productor dependiendo del suelo, clima y varias variables más le permiten a Palo Verde ofrecer a sus clientes calidad y una paleta de variedad interesante.

Tal es la variedad que en entrevista con TodoAlfalfa, Horacio Gallarino, Titular de Palo Verde aseguró que deben discontinuar la producción de algunas variedades “para dar paso” a las que se incorporan ahora.

“Tanta alternativa se hace difícil de manejar desde el punto de vista de la producción, pelleteo, etc.”, indicó.

En la actualidad y proveniente del Convenio de Vinculación Tecnológica con INTA, están comercializando tres variedades:

Traful PV-INTA: variedad grupo 9,5. Buena para la producción de heno de alfalfa y de rollos.

Limay PV-INTA: Alfalfa que se ha adaptado muy bien a los vertisoles entrerrianos son suelos pesados, arcillosos o arcillos limosos, de poca profundidad, y se la recomienda para esa zona.

Pulmari PV-INTA: Variedad grupo 7. Se adapta muy bien a esquemas consociados con otras especies, como gramineas, y también se la está utilizando últimamente para la producción de heno, muy buena productora en cuanto a cantidad y calidad de forraje.

Gallarino también manifestó estar en una “etapa de incremento”, inscribiendo también otras tres variedades más:

Kumen: es una variedad tolerante a condiciones de suelos salinosódicos, con un nivel de tolerancia a esos ambientes, algo mayor que Salina PV (una variedad anterior que viene de nuestro programa de mejoramiento)

Amaya: una variedad multifoliar, o sea, presenta hojas con varios folidolos, entre 4 y 9 folidolos por hoja, y esto la hace, obviamente, convertirse en una variedad con oferta de forraje de alta calidad, también para la producción de heno, y de mayor nivel de proteína bruta digestible, porque básicamente el contenido de proteína bruta se encuentra en las hojas, entonces al tener una mejor relación hoja-tallo, favorece ese porcentaje; Y finalmente, dentro de las inscriptas

Malten PV INTA: es una variedad antitimpánica, con buen comportamiento al meteorismo en animales, viene de un mejoramiento de otra variedad anterior también con cierta característica antitimpánica, que fue Carmina, que proviene también de este programa de mejoramiento, pero Malten tiene un nivel, un porcentaje de plantas que les confía esta característica mayor.

“Amaya seguramente la vamos a tener comercialmente en el año 2025, lo mismo que kumen. Probablemente Malten demore un año más”, indicó.

Además, aseguró que se “sigue trabajando” en 2 variedades más, sin nombre comercial todavía porque no están encriptas. “Una es una variedad que tolera altos niveles de hipopsia, o sea, los suelos inundables o inundados, y también otra SIMA (Sintética Manfredi) tolerante a condiciones de ambientes secos, o sequía”, explicó.

Sobre el proceso que lleva el desarrollo de una variedad, indicó que para poder trasladarla al mercado comercial pueden pasar de 4 a 6 años.

El productor, abierto a lo “nuevo”

Cuando INTA logra una nueva variedad, y supera cada uno de los procesos, consultamos a Gallarino si el productor apuesta a las nuevas ofertas que el semillero le realiza o tiende a ser conservador y va a lo seguro.

“Prueban en general,” – apuntó con seguridad – “costará en algunos casos más, en otros casos menos, pero es innovador en ese sentido, si se refiere a variedades de alfalfa”.

Si bien Gallarino consideró que el productor “quizás” incorpora otros aspectos de la producción de alfalfa, como sembradoras o agroquímicos, antes que una genética superior, cree que “tarde o temprano se hace”.