La “bolsa blanca”, la limitante de la alfalfa que intenta seguir creciendo

En nuestro país, el mercado de alfalfa parece no tener techo mas allá de vaivenes propios del negocio. El ingeniero Juan Lus nos ayuda a entender la importancia de contar con herramientas que permitan seguir la trazabilidad de la producción.

El mercado de alfalfa en Argentina tuvo en el último tiempo una serie de vaivenes importante destacó el ingeniero Juan Lus. “Tenemos claro que Argentina es un país fuertemente alfalfero, está dentro del segundo o tercer lugar en el mundo en importancia”, agregó.

“La superficie sembrada de alfalfa en Argentina es bastante estable, quizás con un leve crecimiento producto de estas nuevas intencionalidades de generar este producto nuevo que es el heno de alfalfa”, indicó y aseguró que “es un producto que llegó a la Argentina para quedarse y que va a ir creciendo en la medida que las tecnologías y las normativas comerciales nos permitan avanzar en ese sentido”.

En una charla con TodoAlfalfa, el experto abordó los problemas de la “bolsa blanca” y adelantó: “hace que los números sean a veces un poco engañosos respecto de cuál es la superficie que cubre la alfalfa en Argentina”.

Cuando hablamos de bolsa blanca, hablamos de “semilla que no tiene ningún tipo de trazabilidad, que no tiene ningún tipo de aislamiento al momento de la producción, por más que tenga un seguimiento técnico, no tiene trazabilidad”.

Explicó que sucede cuando no hay seguimiento técnico: “esa bolsa blanca puede ser cualquier cosa, podes incorporar una serie de malezas sumamente complicadas, de muy difícil erradicación en el cultivo, como puede llegar a ser la cúcuta, como puede ser el chucho colorado, como puede ser un montón de otras malezas complejas”.

Pero Lus aclaró que “aun teniendo seguimiento técnico, al no tener trazabilidad en el cultivo, puede generar problema al heno”, un producto que viene en crecimiento pleno.

Pese a que algunos productores intentan no darle importancia a la bolsa blanca, Lus remarca que “representa un problema”. Entiende que “si vos vas a hacer heno con plantas que están contaminadas, cuando el exportador las recibe puede generarse un problema muy grande”.

Por lo tanto, pidió “no escupir el asado” a un proceso que viene en crecimiento y en el que Argentina puede tener un destacado lugar sin la cosa continúa por ese camino. “Es muy difícil utilizar agua para transformar agua en pasto, y en Argentina tenemos. Realmente hoy no tenemos grandes limitantes en términos generales, más allá de las sequías de agua, y encima somos competitivos, y sabemos producir alfalfa, y sabemos producir heno”.