En los últimos 10 años, la superficie de cultivos destinados a la confección de silos se incrementó en un 300%, al mismo tiempo que creció la adopción de la inoculación del forraje a ensilar. Esta práctica evita pérdidas y ayuda a aprovechar al máximo el futuro alimento.
Desde Basf, explican que, a partir de ensayos realizados por el INTA Balcarce, se muestra un aumento del 12% en la producción de leche en silos tratados con su producto LactoSilo Gold respecto a un testigo sin inocular, y un 18% en el desarrollo de carne.
Destaca que este producto ofrece nuevos beneficios debido a su innovadora formulación liofilizada, que no requiere la conservación refrigerada del mismo, lo que facilita la logística para los productores y picadores a la hora de utilizarlo.
Se trata de un inoculante contiene 7 bacterias, entre ellas Lactobacillus buchneri, que brinda una marcada estabilidad aeróbica luego de la apertura del silaje, impidiendo el aumento el desarrollo de hongos y levaduras no deseadas. Además, optimiza las características del ensilaje como son el aroma, color, olor y palatabilidad.
Según Marcelo Hoyos, gerente técnico de BASF en Argentina: “Siempre es conveniente inocular porque ayuda a mantener la calidad por más tiempo, asegura el proceso de fermentación y lleva un importante retorno a la inversión”.
Es importante resaltar que esta tecnología se puede aplicar en silajes de alfalfa, maíz, sorgo, y pasturas.