La jornada tuvo lugar en el Campo Experimental de CLAAS Argentina en la localidad cordobesa de Oncativo el día 25 de mayo. La primera parada a campo puso el foco en la alfalfa, cultivo con el que la Argentina logró aumentar exponencialmente su participación en el mercado mundial, pasando de 4.200 a 45.000 toneladas exportadas en la última década.
Gastón Urrets Zavalía, del INTA Manfredi, remarcó la gran oportunidad que se presenta a nivel global. “La demanda de heno alcanza las 8.491.000 toneladas y se ha experimentado un crecimiento notable. En los últimos 10 años se incrementó un 50% la demanda y un 95% su precio y la Argentina es el país que más posibilidades tiene de incrementar esa oferta”, detalló.
Entre los desafíos que existen por delante, Urrets Zavalía puso el foco en la calidad del heno: “Se requiere un 18% mínimo de proteína, cuando la Argentina tiene un promedio del 15%. El porcentaje de humedad es otro punto crítico para la producción argentina, que tiene un 12%. El trabajo que se hace con el rastrillo es fundamental para bajar la humedad”. Según el especialista, hay que cambiar el chip para poder exportar.
Las dinámicas
Las dinámicas se llevaron a cabo sobre Mecha, la alfalfa Grupo 9 de KWS. Gastón Añez, de la semillera, dijo que es ideal para sistemas intensivos y posee un excelente perfil sanitario. Alcanza una elevada productividad, de entre 2800 y 3000 kilos de materia seca por corte.
Entre las maquinarias que se vieron en acción en Oncativo estuvo el tractor AXION 930 de CLAAS, con la segadora DISCO de tres cuerpos: uno delantero (Disco 3600 FRC) y dos traseros (Disco 1100 RC). La gran ventaja de este equipo es el ancho de corte de 10,70 metros que permite duplicar en cada pasada la capacidad de trabajo respecto a cualquier segadora autopropulsada. Supera las 15 hectáreas por hora de corte y disminuye en un litro por hectárea el consumo de combustible al transitar menos cantidad de veces en el lote para efectuar la tarea. La alta capacidad de trabajo está acompañada de una excelente calidad de corte. Esto se debe a que el equipo cuenta con un sistema de cambio rápido de cuchillas sin tornillos que permite conservar fácilmente el filo, además de un sistema de acondicionadores de goma que aceleran la tasa de secado de los tallos.
De la misma dinámica participó la segadora Mainero 6071 con acondicionador, que se destaca por su maniobrabilidad y diseño de tiro central. Detrás de las segadoras, la escena fue del rastrillo giroscópico LINER 3600 de CLAAS, de andana central, con un rango de 9,90 a 12,50 metros en una sola pasada. Sus cuatro giróscopos evitan el rozamiento de las horquillas con la tierra y es ideal para confeccionar silos de alfalfa y megafardos. A continuación, el mezclador horizontal Mainero 2932 se encargó de procesar rollos.
A continuación, Luciano Casal de Jacto se refirió a las ventajas y características de la pulverizadora Uniport 3000. “Posee una trocha variable de 2,60 a 3,15 metros y bomba de pistón con larga vida útil que permite trabajar con altas y bajas presiones. Cuenta con un agitador mecánico”, describió.
Pablo Ferradas se explayó sobre la fertilizadora Uniport 5030, con un ancho de labor de hasta 50 metros. “Su chasis remachado y abulonado tiene un bajo peso y flexibilidad. Se adapta a cualquier condición de terreno con un control de tracción independiente en cada rueda. Mayor vida útil del motor y bajo consumo de combustible, de 350 centímetros en campo plano”, comentó. A su vez, remarcó que el control de dosis es hecho automáticamente por medio de la rotación de la banda transportadora y de la apertura de las compuertas dosificadoras dobles, de acuerdo a la velocidad de trabajo y de la franja de aplicación. La precisión en la aplicación evita desperdicios por sobredosificación o subdosificación.