La alfalfa es una especie de planta herbácea perteneciente a la familia de las fabáceas o Leguminosae que se utiliza ampliamente en alimentación animal. Esta leguminosa es capaz de sintetizar el nitrógeno atmosférico y aportar una gran riqueza de fibra y proteína de calidad.
Por ello, los productores la eligen para alimentar a sus ganados, especialmente rumiantes, y constituirse en casi imprescindible en la dieta de muchos de ellos.
La misma tiene por objetivo garantizar el máximo crecimiento y optimizar la salud de los animales, y para ello el alimento para el animal debe contar con la cantidad adecuada y que la misma se encuentre nutricionalmente equilibrada.
La “reina de las forrajeras” es una fuente importante de fibra efectiva, que contribuye a la digestión en el rumen. Cabe destacar que cuanto más larga sea la fibra de la alfalfa, la estimulación en el rumen será mayor.
De igual manera, estimula la salivación, con lo que aumenta la cantidad de bicarbonato al rumen a través de la saliva, que ayudará a controlar el pH. Generalmente, la alfalfa se puede acompañar con otros alimentos como el maíz y el sorgo, porque vuelve lento el tránsito de estos en el rumen, con lo cual se aprovechan mejor los contenidos nutricionales de estos cereales.
Es importante destacar que la alfalfa necesita de un cuidado especial durante los primeros meses de crecimiento. Sin embargo, una vez la raíz se afianza en el suelo, la planta se desarrolla por sí sola y se sostiene sin ninguna dificultad.
Esta forrajera por excelencia se transforma en un componente central para la alimentación animal y es por ello que se convierte en un alimento más que necesario en la dieta animal.
Se trata de una planta muy nutritiva, especialmente para el ganado productor de leche. Es la mejor fuente de proteína y también de minerales como: calcio, fósforo, potasio, magnesio, azufre, etc.
Aporta gran proteína vegetal, lo que sin dudas tiene beneficios en la salud del animal. Propicia mejores condiciones para la rumiación, a través de la estimulación a la masticación. De este modo, evita la acidosis, ya que la saliva es el principal amortiguador de la acidez.
Significa ventajas tanto para el ganadero como para el consumidor: Para el ganadero porque permite lograr una mayor calidad en el producto, al tratarse de alimento natural.
Para el consumidor por la seguridad alimentaria garantizada por el proceso de trazabilidad desde el cultivo hasta el consumo final.
Es un cultivo ecológico que permite mantener el paisaje verde a lo largo de su ciclo plurianual, evita la erosión de los suelos y no destruye la fauna existente en la época de cosechas.
Recomendada para la crianza de terneras y para las vacas lecheras de alta producción. Se combina muy bien con el ensilaje de maíz. Puede suplir el 90 % de los requerimientos nutricionales de la vaca lechera.