El perfil técnico de las rotoenfardadoras que se venden en el mercado argentino viene mostrando importantes modificaciones.
De las 431 unidades comercializadas en la última temporada, el 58% correspondió a equipos de origen nacional, según un informe elaborado por Federico Sánchez y Pablo Cattani, especialistas en forrajes conservados.
Ancho de cámara
El mismo trabajo destaca que el 57% de las rotoenfardadoras comercializadas presentan un ancho de cámara de 1,20 metro.
El dato es significativo por cuanto es conocido que a menor tamaño del rollo se incrementa el costo por kilo de materia seca producida.
Las razones de la orientación del mercado hacia las rotoenfardadoras de 1,20 metro tienen que ver con aspectos logísticosa.
“Estos equipos ofrecen ventajas en la comercialización de los rollos, ya que pueden ser transportados en camión sin permisos especiales”, señalan los especialistas.
“También facilitan el uso de los rollos como parte de una ración totalmente mezclada”, agregan.
No obstante, hay que señalar que las rotoenfardadoras de 1,56 metro de ancho de cámara siguen teniendo una demanda sostenida.
“Esa demanda se verifica principalmente en zonas ganaderas de cría y recría, de grandes extensiones, como la provincia de Buenos Aires, donde se henifican los excedentes de producción de primavera/verano para ser consumidos a lo largo del año”, explican Sánchez y Cattani.
Atado con red
Otra de las tendencias que se observa con mucha fuerza es la del uso creciente del sistema de atado con red.
“Durante el último año, se comercializaron más de 2.900 bobinas de red, indicando la instalación definitiva de esta tecnología que otorga ventajas concretas y permite su amortización en el primer año de uso”, remarcan los especialistas.
Capacidad
En cuanto a la capacidad de trabajo, el incremento de operatividad permite cosechar mayor cantidad de forraje en el momento óptimo para hacerlo, elevando la calidad total del forraje cosechado y la disminución de pérdidas durante el almacenaje.
Otra tecnología que se afianza son los sistemas procesadores de fibra y su mayor ventaja radica en la facilidad de uso del forraje procesado, que no necesita ser trozado en un mixer (ahorro de tiempo y combustible).
Además, cuando es suministrado directamente con un aro, permite al animal comer siempre a bocado lleno, disminuyendo las pérdidas y forzando el consumo.
“Mirando el próximo paso tecnológico, la demanda en el mediano plazo será la adopción del ISOBUS III entre el implemento y el tractor, por las ventajas reales y concretas que otorga la automatización y el confort para los operarios”, anticipan Sánchez y Cattani.
Fuente: Maquinac.com