Desde el megatambo ubicado en la localidad santafesina de Christophersen (al sur de Santa Fe), donde Adecoagro tiene un tambo que asienta sus registros en una alimentación de punta, el asesor José Jáuregui tiró algunas pistas para la confección de una buena reserva.
A través de un streaming y en el marco de una capacitación ofrecida por la firma Claas, se refirió al rol de las reservas en la confección de las dietas para vacas lecheras. En primer término, explicó que “para hacer una buena reserva se comienza con la lección de una buena semilla pensando en el modo en que se va a usar la producción, en este caso en forma de heno, como un silo” y para ello recomendó combinar materiales de alta producción con buena sanidad.
“La sanidad es un aspecto esencial: tanto de hoja como en los tallos, y esta es una proporción que se debe observar pues hay variedades nuevas que consiguen una buena relación entre tallo y hojas”, dijo.
El especialista señaló además que en la calidad la hoja de la alfalfa reside una buena parte de la nutrición que demandará el tambo y es necesario tener en cuenta que para conseguir una buena reserva hay que tener un buen material en pie.
“Una vez elegido el material y realizada una buena siembra, debemos hacer foco en la nutrición de las plantas y aquí aparece una verdad a medias: que la alfalfa no necesita nitrógeno”, explica y aclara: “La planta de alfalfa se va a encargar de fijar N de la atmósfera en el suelo pero no sabemos cuánto N va a fijar esa plántula, y por ello en la elección de la semilla se debe elegir aquella que tenga un peleteo de calidad, cosa que a partir de ello se asegure una buena cantidad de bacterias que contribuyan a la formación de nódulos”.
En este punto, Jáuregui recuerda la importancia de otros elementos determinantes: el suelo y el clima. “Se deben conocer y poder manejar la situación de los lotes donde se sembrará: nutrientes, pH bajos, que son elementos que no ayudan al cultivo a fijar N y como sabemos, el N es parte de las proteínas y eso atentará contra la calidad de lo que recogeremos”, describió.
Nutrir bien y elegir el momento de confeccionar una reserva
Hay otros elementos que ayudan a que la alfalfa pueda expresar su potencialidad: azufre, molibdeno, el calcio y el fósforo, entre otros. “La equilibrada nutrición es otro de los elementos esenciales en el diseño de una reserva potente”, y se detiene en otro tópico determinante en la confección de una reserva: el tipo de guarda y el momento de hacerlo.
En este tambo de Adecoagro se pica alfalfa en forma de rollos de heno y alfalfa ensilada. Pero, aclara Jáuregui, “en tambos de menor porte se prefiere la henificación porque es más factible conseguir máquinas para realizarlo, pero en días más húmedos los rollos a campo pueden deteriorar su calidad. Protegerlos y cubrirlos de agentes nocivos es determinante para conservar calidad en la reserva”, aclaró. Tanto los silos puente como en silobolsas son dos estrategias recomendables por el asesor para el cuidado de la pastura.
Otro de los apuntes aportados por Jáuregui ya concluyendo su ponencia es que en la confección de reservas de alfalfa hay que bajar el pH y para ello hay que incluir inoculantes que ayude a acelerar el proceso.
El asesor propuso además pensar la reserva de tal modo que pueda sostenerse durante todo el año sin prescindir de la calidad. Destacó que es necesario pensar la estrategia en tambos pastoriles, con animales que salen a campo, en las condiciones de esa alfalfa en el invierno y el rol que puede jugar la reserva para mantener cantidad y calidad de forraje durante todo el año.