Maximizar la producción de alfalfa para sobrellevar la suba de costos en los tambos

En épocas de una mala relación litro de leche/ kg de concentrado, los forrajes son más valorados y entre ellos la alfalfa es uno de los principales. Si bien estamos muy lejos de los niveles de siembra históricos de alfalfa en nuestro país podemos y debemos sacarle el máximo provecho a cada lote que sembramos o que ya tenemos implantado.

Si miramos el precio absoluto del litro de leche en dólares ronda los 30 centavos y comparado con el precio promedio de los últimos 30 años ese valor es muy bueno, pero también hay que poner en la balanza que los commodities (soja, maíz, girasol, etc.)  están en un ciclo de precios elevados y esto impacta directamente en el costo más grande que tiene cualquier establecimiento lechero como lo es el costo de alimentación. Es por ello que,  en el cuadro de abajo se puede observar los  bajos niveles del ratio precio de la leche/ alimento.

Ante esta situación, seguramente muchos productores se plantean o le plantean a sus asesores cómo hacer para gastar menos en comida sin sacrificar producción de leche. Una de las maneras a las que se puede recurrir es a reducir el uso de concentrados sobre todo proteicos (que son los más costosos) si contamos con la disponibilidad de alfalfa, ya sean en pie o conservada (silo o heno), en cantidad y calidad.

La cantidad producida de alfalfa, que quizás en estos momentos es muy valorada por todos los productores, en otros momentos donde la relación lts de leche/kg de concentrado se acomoda queda en segundo plano para muchos. Esto está demostrado en que solo el 30% de la alfalfa que se comercializa en el país es considerada Premium o de alta producción. Y este es uno de los principales factores que determina la CANTIDAD de alfalfa producida en un establecimiento por unidad de superficie. Si bien muchos ya tomaron esta decisión este otoño, otros quizás estarán pensando en sembrar en primavera y siempre es bueno refrescar lo que hay que tener en cuenta a la hora de elegir una variedad de alfalfa.

  • Elección de variedad.    
  • Definir el grupo de latencia en función de la zona y del uso que se le dará.
  • Buscar cultivares con alto potencial productivo.
  • Elegir materiales con buenos perfiles sanitarios apuntando a tener una excelente persistencia.
  • Chequear comportamiento de la variedad en ensayos (por ejemplo: Red de avances en alfalfa de INTA).
  • Hacer un análisis de costos que no tenga solo en cuenta el precio del kilo de semilla, sino que vaya un poco más lejos, y pueda llegar al costo del kilo de materia seca producido teniendo en cuenta todos los costos de implantar una alfalfa y el diferencial de producción que puedo tener usando una variedad un poco más cara.

Manejo del pastoreo de corte
El manejo es fundamental en la producción y persistencia de cualquier alfalfar. Siempre con la alfalfa tuvimos la misma disyuntiva, si priorizar la calidad para producir más litros de leche por vaca o si sacrificar la calidad para tener más volumen de pasto sabiendo que la producción individual se verá perjudicada.

Priorizar la calidad, que es tan bueno para el animal, no lo es tanto para la planta de alfalfa ya que en estadios juveniles (pre botón o antes) esta especie que depende de sus reservas de raíz y corona para rebrotar, todavía no termino de completarlas. Sucesivos cortes o pastoreos en estos estadios irán provocando la perdida de plantas y menos vigor en cada rebrote lo que termina en una menor duración y producción del alfalfar.

Desde Alfalfas WL, hace ya tres campañas se comercializa HarvXtra, que es un evento disruptivo y que rompe con esta disyuntiva de si priorizar calidad afectando persistencia o la producción de pasto.

El evento HarvXtra permite tener una variedad de alfalfa donde, a través de ingeniería genética se realiza una supresión de genes  que logra  reducir el contenido de lignina de la planta hasta un 13% lo que mejora la digestibilidad de alfalfa aproximadamente un 10%  si la comparamos con una variedad convencional en el mismo estadio. Esto nos permite retrasar el corte o aprovechamiento (evitando que sea en prebotón o antes) y hacerlo a 10% de floración sabiendo que esto aumenta la producción de pasto y persistencia del lote sin perder calidad, que están importante para la vaca.

Fertilización
La fertilización es otro aspecto clave una vez que definimos que variedad sembrar. Al igual que pasa con otros cultivos, siempre que sembramos materiales premium necesitamos acompañarlo de los nutrientes necesarios para que el cultivo muestre su potencial.

El requerimiento de cada uno de los macronutrientes por tonelada de materia seca de alfalfa producida, se pueden ver en el cuadro a continuación.

El fosforo (P) se posiciona como el nutriente principal en este cultivo. El nivel crítico en el suelo está cercano a las 25 ppm y es por ello que en la mayoría de los lotes de la región pampeana donde se hacen aplicación de este nutriente la respuesta en producción es muy importante. El fosforo debería ser incorporado a la siembra o previo a ella en el suelo para favorecer el correcto desarrollo radicular y  en función de los niveles de P en el suelo y lo que sabemos que extrae el cultivo debería ver si incluirlo en un plan de refertilización al voleo durante al menos los primeros 2 otoños posteriores a la siembra. Es importante hacerlo en esa época del año para que este nutriente que es poco móvil en el suelo esté disponible para el cultivo en primavera que es la época de mayor producción.

El Nitrógeno (N) que es el nutriente que se requiere en mayor proporción, en el caso de alfalfa por ser una leguminosa, siempre y cuando haya una buena nodulación, gran parte de ese N será provisto a través de fijación biológica.

No se recomienda la incorporación de N durante el primer año de alfalfa ya que puede afectar el establecimiento de nódulos, salvo en pequeñas cantidades a la siembra.

Luego del segundo año, puede haber respuesta a los agregados de N dependiendo de varios factores entre ellos el contenido de nitratos en el suelo, el contenido de materia orgánica, el nivel de nodulación que tenga la alfalfa y el balance del resto de los nutrientes.

El azufre (S) es, después del P, el nutriente que se encuentra en deficiencia en la mayoría de los lotes de la región pampeana. Su nivel crítico es de 10 ppm por lo que si nuestros lotes están por debajo de estos niveles vamos a tener muy buenas repuestas y aumentos de producción. A diferencia del P, es muy móvil en el suelo y por ello su aplicación debería ser en primavera cuando la alfalfa se encuentra en activo crecimiento.

El Calcio y Magnesio también son dos nutrientes de vital importancia para este cultivo, si bien muchas veces no fertilizamos exclusivamente pensando en ellos son nutrientes que están presenten en las mezclas de P y S, y que terminamos incorporándolos.

Fertilización foliar
En la actualidad ya no solo hablamos de fertilización de suelo sino también, es cada vez más común ver productores que usan fertilización foliar como una manera de aumentar los niveles de producción. Lo importante es saber que este tipo de aplicaciones no suplanta la fertilización de base sino que las complementa. Las respuestas que se ven son de entre 10 a 20 % más de producción por corte lo que no es menor, además como ventaja tiene que los nutrientes quedan disponibles para el crecimiento de forma inmediata y que generalmente se aprovecha alguna aplicación de otro tipo de fitosanitarios lo cual reduce los costos operativos.

Resumiendo
La elección de una buena variedad es clave para tener rendimientos diferenciales en alfalfa pero también tenemos que acompañarla de un buen manejo y fertilización para tener éxito.

Tengamos en cuenta los nuevos eventos biotecnológicos que hoy están disponibles y permiten tener  importantes resultados si ajustamos nuestro manejo.

Por Ing. Agr. Diego N. Costa – Agvance SA / Alfalfas WL