Peso de semilla, poder germinativo y material inerte, parámetros a tener en cuenta en la elección de una alfalfa

Analizar estas variables sobre la semilla permitirá achicar los márgenes de errores a la hora de elegir la mejor alfalfa para cada zona agroclimática productiva. Así lo explicó el Ing. Agr. Mario Funes, del INTA Villa Mercedes, en el marco de la presentación de un ensayo de alfalfa realizado en la cuenca baja del Morro.

En el Establecimiento “Don Hugo”, ubicado en la Ruta Nº 8, km 718 en la provincia de San Luis, cercano a Villa Mercedes, se encuentran sembradas 300 hectáreas de alfalfa, 14 de las cuales están afectadas a un ensayo que compara seis variedades de semilleros y genoma, y una variedad experimental creada en la zona.

La investigación, que comenzó el 31 de marzo, se enmarca en un convenio de cooperación técnica entre Agrozal y el INTA, en el cual la idea es elaborar un plan estratégico de reconversión de ambientes afectados por cambios climáticos, por el uso del suelo en la región, y donde se evalúa el poder germinativo, adaptación al área de influencia, productividad, calidad, siembra y plantas por metro cuadrado, entre otras valoraciones que vuelcan información de interés para libre acceso de productores de la cuenca baja del Morro.

En este contexto, y como parte de una serie de capacitaciones sobre el cultivo de alfalfa que el gobierno provincial ha venido desarrollando en los últimos meses de manera online; se realizó una puesta informativa sobre los resultados obtenidos en los ensayos, y del cual participaron unos 20 productores de la zona invitados, bajo protocolos ante Covid19 establecidos previamente.

A cargo de la exposición de los resultados estuvo el Ing. Mario Funes (foto principal), especialista en el cultivo que tiene el INTA San Luis, quien además de mencionar las alfalfas que más se estarían adaptando a la zona, brindó recomendaciones y datos a tener en cuenta a la hora de decidir por una u otra alfalfa.

“Este año, desde INTA San Luis hicimos un ensayo con 21 variedades de alfalfa, con grupos de reposo invernal intermedio y 35 variedades de alfalfa sin latencia invernal, un total de 56 variedades de alfalfa evaluadas, en microparcelas de 5 metros cuadrados, sobre las cuales hay información y están abiertas a todos los productores de la zona. Estas variedades ensayadas en microparcelas del INTA, se trasladaron a ensayos más extensivos, en este caso en el Establecimiento Don Hugo, en la zona de Villa Mercedes”, comentó Funes.

En cuanto a lo estrictamente vinculado al ensayo, el profesional del INTA explicó que “en este campos se han sembrado 7 variedades de alfalfa, partiendo de variedades con reposo invernal del Grupo 9, 7 y 6. Esas variedades son Calwest 194 Premium, Traful PV INTA, Calwest 6660, Pulmarí PV INTA (Grupo 7); WL 611 (Grupo 6); Imperial 6 (Semillero Aiassa) y un Ecotipo local, de un productor de la zona (Grupo 6,5). Buscamos lograr de 250 a 300 plantas por metros cuadrados, y aquí en los ensayos lo hemos podido hacer”.

La importancia del peso de las semillas
Para Funes, es fundamental en este ensayo, además de mostrar las alfalfas, poner énfasis en algunos datos obtenidos en los análisis de semillas llevados a cabo: “Es importante porque hay diferencias considerables para remarcar, y así poder definir correctamente una densidad de siembra adecuada a la hora de encarar la siembra”, destacó, al tiempo que argumentó: “En este ensayo, tomando como referencia el peso de mil semillas, con una que pesa 4.60 gramos, vamos a estar logrando 390 semillas por metro cuadrado, mientras que en el otro extremo, con una semilla de ecotipo local, de 2,14 gramos, vamos a estar tirando 841 semillas. Si este problema lo corregimos con el poder germinativo, lo teórico es que, en ambos casos, logremos unas 337 plantas por metro cuadrado en la primera, y 698 en la segunda. Pero esto es en lo teórico, porque en el muestreo real se observó otra cosa, donde nos llevamos una sorpresa”.

Señaló que “con la semilla de 4,60 gr, estamos logrando 322 plantas, mientras que con la de 2,14 gr, logramos nada más que 254 plantas. Con estos resultados se observa realmente lo importante que es hacer una buena medición para saber el peso de las mil semillas y el productor pueda corregir su densidad de siembra y adopte la más adecuada para su sistema productivo”. Tener una referencia del poder germinativo de una alfalfa es otro factor al cual el productor le debe prestar interés a la hora de su elección.

Más de 40% de material inerte en el promedio de las semillas analizadas
El análisis de las semillas desnudas fue también otro factor importante que se tuvo en cuenta al desglosar las características de las alfalfas de los ensayos, a fin de conocer verdaderamente su peso real e inerte (carbonatos, bacterias, etc). “Por ejemplo, en el caso de una de las alfalfas premium analizadas, nos dio que sólo el 5.1 correspondía al peso de la semilla, y el restante 4,9 a material inerte. Si bien esto sucedió en un extremo de las semillas analizadas, las restantes no estaban muy lejos de esos valores, ya que también tenían en su composición mucho material inerte; y esto es también importante como dato que pueda consultar o al cual acceder el productor, para saber qué tipo de semilla está adquiriendo”, explicó Funes, al tiempo que mostraba los datos arrojados en este apartado, donde se observa claramente (imagen debajo) que el promedio de material inerte de las semillas analizadas está por encima del 40%.

Palabra de los productores presentes en las jornadas
Hernán Fontana tiene una explotación agroganadera en Naschel, en la que incluyó 40 hectáreas de alfalfa, entusiasmado por el proyecto que lidera el Ministerio de Producción en conjunto con Alfazal. “Estas jornadas son muy útiles para los productores, sobre todo los que nos manejamos solos, sin el asesoramiento de un profesional privado. A mí me sirven para aprender técnicas nuevas, conocer sobre variedades y hacer contactos que después me pueden redituar en lo comercial”. Según Fontana, tener a mano a los técnicos del INTA o de la cartera productiva, “te puede ayudar ante cualquier imprevisto”.

Otro productor que se mostró conforme fue Fabricio Castellino, y en su caso por partida doble: “En las Jornadas Alfalferas se aprende mucho y además, como mi campo está muy cerca de este que es experimental, puedo conocer de primera mano cuál es la alfalfa que mejor le va a mis lotes, porque tengo el mismo clima y el mismo suelo”.

Castellino hace ocho años que cultiva la pastura perenne, pero desde que el proyecto ambiental y productivo se puso en marcha en la Cuenca del Morro su interés creció: “Si hago alfalfa de calidad superior, Alfazal la puede exportar a Medio Oriente, es toda una motivación”, cerró.