La sequía que impacta en Argentina es el tema de conversación de cualquier productor que mira de reojos y esta atento a las proyecciones de lluvias que asoman en cualquier publicación, app o que se comparta.
Sin embargo, y pese a los anuncios realizados por climatólogos, el agua no llegó. En TodoAlfalfa dialogamos con Fernando Canosa, ingeniero agrónomo, consultor y especialista en producción de carne, y dijo que la producción de carnes está ante una “oportunidad especial” pese a todos los problemas y la falta de claridad.
Entiende que “a partir del 10 de diciembre vamos a tener un nuevo gobierno, independientemente del color que sea, y si hay una actividad que necesita reglas claras es la producción de carne”.
Es que en estos momentos los productores definen cuántas hembras van a entorar, ese ternero lo va a parir esa vaquillona el año que viene (2024). lo va a destetar en el 2025 y lo va a vender entre el 2026/2027.
Por lo antes mencionado, Canosa cree que sin reglas claras el productor “no se va a tirar a la pileta. No va a aumentar la cantidad producida ese productor si no sabe qué es lo que va a pasar el año que viene, menos lo que puede llegar a pasar en el 26 o en el 27”.
Por lo tanto, tener reglas claras es una de las cuestiones principales. Y destaca: “tipo de cambio único y quita de retenciones” con esas dos cuestiones macro, más la eliminación de la “informalidad sanitaria, comercial y laboral”, el negocio de la carne “va para arriba”.
Para Canosa hay que imitar lo hecho en la década del ‘70 en nuestro país con el Plan Balcarce con “créditos orientados a producir más pasto”, política implementada en 35 partidos de la provincia de Buenos Aires donde “aumentaron al doble la cantidad de cabezas”.
“Producir pasto es lo más barato”
Deja en claro el especialista en su charla con TodoAlfalfa que “hay que fijarse en el campo” y explica: “nosotros vemos cada campo que tiene diferentes ambientes”.
Ellos pueden ser de mejor o peor calidad, dependerá del suelo que tenga. Habrá lugares donde los campos naturales se mantienen y deben mejorarse su uso a través de boyeros eléctricos, de fertilización, de buen manejo, de mayor cantidad de agua.
En otros lugares se sembrarán pasturas perennes o verdeos anuales, tanto de invierno como de verano; sin embargo, Canosa dijo que “lo fundamental es saber qué suelo tengo, qué clima tengo y en función de eso programar y planificar qué es el forraje que voy a sembrar o que voy a mejorar su uso en el caso de los campos naturales”.
A partir de esos datos sugiere hacer “un presupuesto de la cantidad de forraje” y apuntar a crecer para pasar de 100 a 150 o 200 vacas. “Todo esto es cuestión de sentarse, planificar y ordenar los recursos que tengo”, insiste Canosa y agrega: “el pasto es el recurso número uno y el más barato y tenemos que darle una tecnología acorde a todo lo que hay disponible yo creo que cuando uno siembra pasto, es lo mismo que hacer agricultura”.
El ingeniero recomienda prestarle la misma, o más atención que a la soja o al maíz. “No solamente voy a manejar la producción del pasto sino que además voy a manejar las cosechadoras que son las vacas, los novillos, las vaquillonas entonces tengo que manejar las dos cosas”.
Con reglas claras, habrá inversión
En el marco de una sequía histórica, con un cambio climático que promete endurecer cada vez más las condiciones, Canosa remarca que “en la medida que la ganadería tenga una política clara no tengo dudas de que habrá gente que va a invertir en riego para poder lograr mayor productividad”.
Allí, el riego sería una herramienta de gran utilidad que permitiría “estabilizar los planteos ganaderos” y seguir creciendo. “La producción de carne cuando uno la mide por hectárea ha aumentado”, aseguró y reconoció que “hemos ido arrinconando la hacienda en zonas de menor productividad, debido a que los campos o los potreros de zonas de mayor productividad han pasado a ser agrícolas”, y esta situación obliga al productor a “una mejora permanente y continua en el sistema productivo”.
Una situación climática compleja
El asesor ganadero remarcó que “está muy complicada la situación climática. Prácticamente se nos ha ido un mes de la primavera y no ha pasado nada, tenemos una primavera totalmente atrasada, donde sin ninguna duda la producción de pasto va a ser menor de lo habitual”.
Por ello, adelanta que “las lluvias en alta densidad llegarán, pero tarde” e invita a “prepararse para un verano complejo donde vamos a tener que seguramente sembrar más verdeo de verano de lo habitual”, pero también a “encarar, en el otoño del 2024, una siembra de pasturas y de verdeo lo suficientemente agresiva para poder recuperar parte que hemos perdido y tratar de hacer la mayor cantidad de reservas en la medida en que las lluvias nos acompañen”.