El primero, durante el fotoperíodo creciente (salida de invierno- primavera): ingresar a pastorear las alfalfas en 8-9 nudos (20 a 25 cm). Esto nos asegurará una alta tasa de consumo y una excelente calidad forrajera.
El segundo, durante el fotoperíodo decreciente (mitad de verano – otoño): ingresar a pastorear cuando la planta tenga 12-14 nudos. Este manejo debe hacerse al menos 1 vez en el año para asegurar una recarga completa de las reservas en las raíces.
En sentido práctico, deberíamos observar 40-50% floración (si todavía hay condiciones para florecer) o bien un rebrote basal de 5-10 cm al menos una vez durante ese período y recién entrar a pastorear en ese momento.
La salida del verano (a partir de febrero) puede ser un momento óptimo para este “descanso” otoñal. (Balcarce: desde mediados de febrero hasta abril, Rafaela: desde marzo hasta junio).
Para no perder tanto potencial de consumo y eficiencia de pastoreo, los lotes más pasados pueden utilizarse para la confección de rollos o pastorear con otras categorías de menos requerimientos.
Para reducir el efecto del timpanismo se pueden dar rollos o pastorear otros lotes antes que los animales ingresen a las franjas de alfalfa pura y evitar que los animales tengan mucha hambre, evitar rocío o llovizna, tensioactivos, preoreo o cualquier otra técnica conocida.
Con el fin de tener siempre lotes activos en pastoreo es conveniente programar los descansos de cada lote de manera escalonada, a fin de llegar al período de menores temperaturas con todos los lotes “descansados”.
Por Gentos Argentina