Recuperar ambientes bajos inundables para producir pasturas

En el Oeste de la provincia de Buenos Aires se trabaja para recobrar, post sequía, suelos que permitan producir mejores forrajes. La alimentación, buena, para los animales es clave para una mejor producción de carne o leche.

La peor sequía en 100 años no fue gratis en el Oeste Bonaerense, campaña 22/23 se llevó recursos financieros “mal gastados” (caso productores que compraron agua para consumo animal), posibilidades de crecimiento, y sobre todo esperanzas, de seguir en un rubro que siempre mira a largo plazo. A pesar de todo, no se puede dejar de invertir en implantar forrajeras perennes (ni en genética, ni en infraestructura), apuntando a mejorar la base forrajera, y cubrir baches que el invierno nos genera, por la baja producción de las pasturas en general.

En el distrito de Carlos Tejedor (Bs. As.), hay muchas hectáreas de baja o nula producción debido a que son ambientes bajos, en muchos casos salino-sódicos, y en otros ambientes de mejor aptitud pero inundables, y difícil programar que hacer ya que cuando llegan las lluvias excesivas genera enormes pérdidas, y más aún en esos lotes que cuesta tanto mejorar.

En campo arrendado en Timote, partido de Carlos Tejedor, hemos logrado implantar pasturas según ambientes, base alfalfa, y otros con base tréboles y lotus, siempre acompañados con gramíneas. Estamos recuperando ambientes bajos que son afectados por inundaciones, y tratando de manejarlos para en próximos meses implantar agropiro, festucas, o festupiro, según como el lote se nos presente llegada la siembra en otoño 2025.

Foto 1: Momento de barbechar y quemar con glifosato. Enero 2024.

Según este lote que se toma como ejemplo, se decidió barbechar tarde (ver foto 1), por extrema sequía en la zona, para sembrar maíz tardío a baja densidad, y como estrategia se voleó con Altina el 25 de marzo, raigrás anual a razón de 20 kg/ha, ambos para comer diferidos en invierno (meses de julio, agosto y hasta donde dé el verdeo) con rodeo de vacas en parición, al momento de la nota no hemos entrado a pastorear.

El lote respondió muy bien, no solo porque el control de malezas generó que se recuperen forrajeras de buena aptitud para el ganado, como cebadilla y raigrás natural, sino además por ocurrir muy buenas lluvias en abril (303 mm), se logró una excelente implantación del verdeo. Ver fotos 2 y 3. A pesar de que el lote había juntado agua en superficie.

Foto 2: Maíz y raigrás. Mismo lugar, Julio 2024.
Foto 3. Volumen de forraje de raigrás anual.

Esta situación no es ejemplo a seguir para todos los casos, es cuestión de revisar los lotes con un asesor profesional, y determinar la mejor opción a seguir. Hay muchas maneras y manejos, yendo al lote uno determina la más adecuada para cada caso.

Se requiere alta inversión, y paciencia, ya que muchas veces se decide hacer y hacerlo bien, y el clima nos juega una mala pasada. Por eso en ganadería siempre decimos que son ciclos muy largos, que requieren acompañamiento desde los Estados, buena financiación, teniendo en cuenta que se suele “invertir” y en más de una vez en estos ambientes, sale mal. 

Nuestro sector, mira siempre hacia delante, necesitamos nos vean como un eslabón muy importante en la cadena de producción, generadora de trabajo genuino, algo que tanto necesita nuestra economía.

Se nos viene una nueva parición, esperanzados siempre, y tratando que el destete del año 2025 sea el mejor posible.

Dante Garciandía – Productor y comerciante de Carlos Tejedor (Bs. As.).