Sin eficiencia es impensado que el forraje rinda para un tambo 

El ingeniero agrónomo Héctor Mario Pignataro, oriundo de Villa Trinidad (Santa Fe), habló con TodoAlfalfa sobre los sistemas productivos para la producción de leche en esa zona. Fue en la jornada de mejoramiento genético impulsada por Zinma Seeds, en Empalme San Carlos.

La bibliografía para producir es amplia y la interpretación de ella muchas veces es aún mayor, por lo tanto, pretender que se unifiquen las formas muchas veces es difícil. Esas formas se modifican con la experiencia, con algunas variables que puedan surgir y “hagan cambiar planes”, con temas económicos y climáticos. 

En la jornada que la empresa Zinma Seeds organizó en Empalme San Carlos, en provincia de Santa Fe, un grupo de ingenieros agrónomos, comerciantes y productores mantuvieron un encuentro donde se abordó el mejoramiento genético en las variedades de semillas. Sin embargo, muchas veces, por diversas situaciones, no se termina explotando el potencial pleno que tiene una semilla.  

TodoAlfalfa abordó a Héctor Mario Pignataro, ingeniero agrónomo oriundo de Villa Trinidad, Santa Fe, formado académicamente en la Universidad Nacional de Córdoba, quien expuso su vasta experiencia para sumar su voz y poder “debatir” con el objetivo de producir más y con mayor eficiencia. 

Hector Pignataro, ingeniero agrónomo y asesor

Este hombre, de raíces italianas, que defiende su postura con vehemencia fue una de las voces que estaba dispuesto a dar discusión ante cada punto planteado por los organizadores.  

Asesorando a diversas producciones tamberas de la región conoce muy bien el panorama del sector y muchas veces se diferenció de lo que “dice el manual” de lo que sucede en la realidad. 

Hoy la producción lechera tiene una falta de políticas que hizo que el productor cada vez quede con menos rentabilidad”, asegura el entrevistado, quien ante esta situación explica que el productor busca “cubrirse”… ¿Como? Por ejemplo, en un insumo de alto valor como la semilla de alfalfa, los años secos como los que venimos teniendo de 3 o 4, el productor cierra los lotes para hacer semillas.  

“La alfalfa después de 2 o 3 años que produjo, después de esa producción, casi que es gratis, porque vos ya le sacaste la rentabilidad con la leche o con la carne. Y encima le sacas semillas”, grafica. 

Con su experiencia explica que en pastoreo directo dura 3 años, si te dura 5 años va a ser de baja oferta forrajera, por lo tanto lo dejas para vacas secas u otras categorías. 

Con un mercado regulado, que fija precios, es difícil poder hacer todo lo que el proceso productivo requiere.  

«Analizás suelo, fertilizas, sembrás el ideal de planta, haces todo bien, pero después resulta que todo ese esfuerzo económico, logístico, lo dejás en mano de personal que no está capacitado para manejar bien ese recurso, entonces te sale más caro”, apunta.  

“¿Cuánto te cuesta el litro de leche de una alfalfa que te dura un año y medio o dos? Porque no la rotaron, la pisotearon, la usaron sin pisos”, son preguntas que se hace un productor, que termina pidiendo la semilla más barata con el fin de abaratar costos. 

Reconoce que ya no se realizan tareas como en viejas épocas, con arado, doble acción, usando semillas de buena calidad, utilizando algún consonciante para los primeros pastoreos. Esa producción, que duraba cuatro años, dejó de practicarse debido a los elevados costos y a la falta de mano de obra competente. 

Pignataro comparó las diferencias en las formas de hacer el tambo en el pasado y la actualidad. “Antes lo hacía la familia, luego se incorporó la figura del tambero, porque a nadie le gusta levantarse a las tres de la mañana, meter los pies al barro, renegar”, destacó y sostuvo que el productor agropecuario buscó mejor calidad de vida, “equivocando el camino, porque hay tamberos muy buenos, excelentes, mejor que cualquier productor agropecuario, pero no está preparándose gente para hacer tambo”.  

La falta de mano de obra calificada hace que la vaca no reciba la atención correspondiente, que los recursos forrajeros sean desperdiciados, generando un perjuicio económico al productor. 

Por último, consultado sobre que le recomendaría a un productor que tiene intenciones de desarrollar un tambo manifestó: «en estas condiciones, leche producida a pasto y si es posible el manejo del sistema”.  

«Hay que ser previsible y guardar forraje para cuando falte”. Y agregó que “lo mejor que te puede pasar es tener un suelo que te permita hacer cultivo de alfalfa. De esa manera manejás esa pastura y hay épocas en el año donde tenés excedentes, los guardás para el invierno, vos manejas el sistema”. 

Suma también que eso que guardas, no es solo pensando en el invierno, también es para suplir problemas de pis, de lluvia, para no pisotear la alfalfa”. Sugirió que para tener una alfalfa bien manejada es un día de animales cada 30 días, pero “nadie lo hace porque es incómodo”, concluyó.