Un año complejo con perspectivas favorables  

El ingeniero agrónomo Juan Lus, experto en forrajeras, analizó lo que dejó el 2024 para el sector en una extensa charla con TodoAlfalfa. Aseguró que “Argentina tiene que tomar un posicionamiento en producción de heno”.

El 2024 fue un año complejo, más allá de algunos buenos momentos, en términos generales para el país fue difícil en el marco de un contexto que no permitió desarrollarnos con comodidad. 

Cambio de gobierno, rumbo económico, sequía, y varios puntos más hicieron que “sea un año sumamente complejo desde todos los puntos”, aseguró Juan Lus en una charla profunda con TodoAlfalfa.  

Para analizar lo que dejó el 2024 lo separa en “oferta y demanda” e inicia explicando el impacto que tuvo en el sector productivo de semillas (actualmente se desempeña en Las Praderas Semillas Forrajeras SRL con múltiples actividades comerciales y de gestión, además de ser el responsable de Investigación, Desarrollo y Marketing). 

“Sabemos cuánto carry quedó, si hay poco o mucho, si las cosechas son buenas o malas, entonces eso nos permite tener una idea más clara de la oferta; la demanda puede ser un poco más compleja porque tenes que interpretar el negocio ganadero y lechero”.  

Para Lus, el 2024 “fue un año de una complejidad tremenda. Desde la oferta fue caótico, debido a que el 2023 tuvo un carry escaso de semillas, producciones malas (fruto de la sequía) y las importaciones sumamente complicadas. A todo ello, hay que sumarle la incertidumbre eleccionaria”. 

Todo ese combo terminó, en una importación de semilla tardía (abril/mayo 2024) cuando la campaña había terminado. La campaña además de ser mala obligó al productor a invertir más dinero para hacer bien las limpiezas. 

“Esta situación llevó a que los precios se fueran por las nubes”, apuntó y agregó que hubo forrajeras que “rompieron precios, como la festuca o la agropiro y la demanda (como el sector lechero) que no arrancó bien el año (después se acomodó)” 

Esta situación llevó a los tambos a un problema, se le sumó la chicharrita, por lo tanto, no tenían silos y terminaron en una “campaña violenta de verdeo” que iniciaron en febrero y dejaron al productor poco financiado. 

Una caída importante del mercado 

Lus explicó que la industria de semillas forrajeras construye un cuadro que demostró que el mercado cayó de manera significativa, especialmente en alfalfa. “Tuvimos una alfalfa muy cara”, explicó y agregó: “en esta oportunidad, la alfalfa barata se pegó a la de arriba por los costos de importación”. 

Ese escenario derivó en que muchos terminarán en bolsa blanca, con productores desfinanciados que cayeron al mercado informal. “Conozco montones de casos que han tenido problemas de germinación o de implantación, problema de lotes que se les han contaminado con cuscuta”, indicó. 

En la actualidad el panorama es diferente, “hay carry, ingresó importación y las producciones locales se están cosechando”, aclaró y continuó: “parecía que iba a haber una especie de supercosecha, especialmente de raigrás que terminó siendo poco debido a que hubo muchos problemas de lluvias en los momentos de la cosecha”. 

Explica el entrevistado que “junto a colegas, estamos viendo un escenario de disponibilidad normal”. 

La semilla en el mundo bajó sus precios 

Tanto la alfalfa en Australia, como la festuca en Estados Unidos, mostraron un descenso de precios. “Se empieza a avizorar una especie de normalización del mercado en términos de volumen físico de semilla y en términos también de precios un poco más razonables”, aclaró. 

La agricultura ya no es tan rentable como lo era 

Por este motivo, “cuando uno mira el escenario de la oferta de semillas forrajeras, el escenario de la demanda en función de carne o leche y el escenario macroeconómico que tiene que ver con tasas en disminución, que va a permitir una mejor financiación, una agricultura cuyos números no cierran del todo, quizás muchos agricultores mixtos  le van a sacar parte de la superficie a la agricultura, para meterlo en rotación con la ganadería y darle lugar al forraje”. 

La producción de semillas en el mundo 

“La tiene Estados Unidos, que es consistentemente cara, y la tiene Australia que dispone de mucha superficie para producir semillas y están relacionadas a las oportunidades”, explicó Lus. 

Es que se destinan lotes que no son estrictamente para producción de semillas, sino que son para producción de pasto y ocasionalmente para producción de semillas; dependiendo de eso pueden pasar de escenarios de 4 a 8 dólares de una campaña a otra. 

A eso tenes que sumarle otros dos escenarios que ayudan, en este caso, a la baja de precios. «Uno de los principales compradores de semilla de alfalfa australiana son los países árabes que no pueden sembrar o tienen restricciones así que no están comprando, por lo que generan sobrestock”, por un lado y por el otro “hay una empresa muy importante a nivel mundial que su filial está en Australia y presenta problemas financieros. Cuando con una superficie de multiplicación muy importante, con lo cual todos esos contratos que están tomados por parte de la empresa quedaron liberados al mercado”.  

“Argentina tiene que tomar un posicionamiento en producción de heno” 

El experto fue contundente sobre la posición en el que se encuentra el sector. Y apunto que hay una potencialidad importante y también podemos ser competitivos (generando volumen). 

Entiende que “nos sobran las condiciones para estar muy presentes en el mercado de exportación”, sin embargo, los niveles que hoy tenemos son muy bajos. 

Analiza Lus que en un país donde se siembran más de 3,5 millones de hectáreas, no llegar a 500 mil es poco. Entonces yo creo que tenemos un escenario para mucho crecimiento. Con esos números: “tenemos un escenario de crecimiento”. 

Anticipa que “vamos a crecer en superficie en Argentina, pero va a ser lento, va a ser paulatino y no tiene que ver solamente con una cuestión de mercados, sino que tiene que ver con un montón de conocimientos que faltan, para poder exportar calidad”. 

PH, el enemigo silencioso 

El ingeniero agrónomo no deja de insistir en la necesidad de controlar el suelo para poder explotar el potencial que brinda una semilla. “Entre el 60 y 70 por ciento de la región pampeana tiene PH por abajo del 6”, asegura Lus quien agrega: «estás sacrificando entre un 40/50 por ciento del potencial de rendimiento solamente por ese efecto”.